lunes, 30 de noviembre de 2020

Isadora Duncan: el poder de la danza

 

Un poema y un breve recuerdo sobre la vida de esta genial bailarina.


ISADORA


La madera rompe el llanto

incierta entre tus sombras

te mueves y tus pies pronuncian

el rastro de lo eterno


decir no es durar

es mover la palabra

que nunca termina

de decirse

el idioma que antecede

al círculo y la piedra

tus pasos y la gracia obstinada

de un sol rompiéndose

al declinar la tarde


Isadora,

la herida es el abrazo anterior al olvido

la herida es la palabra

que se entrega a las almas

en la orilla dormida


Isadora,

lava la voz, anégala en tu danza, hazla girar

donde la herida termina

y comienza a decirse sin palabras

el misterio

de tus pasos de lluvia

sobre la sed del mundo



Sobre la vida de Isadora:

A veces unos pies tocan la gracia para hacernos amanecer como si fuera el primer día de la tierra y hubiésemos sido creados tan sólo para mirar esos pies absortos en la danza, como algo extraordinario, una especie de milagro que suspende las horas vacías y prosaicas para sumergirnos en el tiempo sin tiempo donde se revela lo que es verdadero y profundo. Entonces ella danza, los pies y las manos que son olas, el mar transformando un cuerpo mientras los espectadores reciben ese bocado, ese alimento que alumbra los días plomizos, los días de la triste cordura, siempre exacta y mediocre.

Isadora fue de todo menos mediocre, nació como empuja un árbol hacia arriba, con los brazos aferrándose a ese cielo que sería suyo algún día y los pies haciendo nueva la tierra. Creció bailando para ayudar a la familia, se fue a Europa, tuvo una vida resplandeciente y trágica, conoció el dolor sin límites de perder a sus hijos y el accidente mortal de la bufanda de seda enredada en las ruedas del coche. Pero también supo del coraje, de vivir una vida plena de encantamiento, de comunicar el sentido de las cosas sin palabras, de crear un cuerpo nuevo para la danza sin los corsés y las rigideces del ballet clásico.

Igualmente admirada y denostada por salir al escenario envuelta tan solo en transparencias, sus dedos y sus pies contaban las historias de las urnas y los mitos griegos, pero no sólo eso, también contaban la vida de ella, de Isadora, de su propio fuego creador, el vivir poseída por ese misterio donde habitan y se confunden lo sublime y la materia. Fue Afrodita Pandemos, la que escribe con las manos de todos los días, y Afrodita Urania, la celeste, la que viene con el mensaje de los dioses en sus dedos. Amó y vivió intensamente, conmovió al mundo y fue conmovida por el poder y la pureza de su propia danza. Arriesgó, fue ella misma hasta el límite, supo extraer de los pozos del alma una forma de belleza y conocimiento nuca vistos para ponerlos a los pies del mundo.



Texto y poema: Brunhilde Román

Imagen: Internet













lunes, 19 de octubre de 2020

Para el perdón, para el don

 Sobre el perdón

Me encanta buscar la etimología de las palabras. A veces son como llaves, cifras o códigos que hay que descodificar, otras veces la palabra lleva el significado a cuestas como un caracol de manera obvia y visible. Perdonar o per-donar, igual que en el inglés forgive, for-give es una de ellas. A veces tropiezo en la palabra pero sólo la encuentro verdaderamente cuando me dejo caer en ella, porque realmente perdonar significa participar de un don, elegir una realidad y transformarla. Y no estoy hablando del pequeño perdón, del que se hace desde un falso sentido de superioridad, del de expiar la culpa. No, no hablo de crimen y castigo.

El perdón es un estado del alma por el que renunciamos a permanecer anclados en un pasado, después de haber hecho nuestro duelo, tomado las medidas oportunas o haber hecho lo que sentimos que era necesario en esa situación (ya sea una toma de conciencia, medidas legales, una conversación o cualquier cosa que sintamos que requiere una acción). En ese estado del ser hay un reconocimiento de lo que fue y hay una elección, un continuo de senderos que se bifurcan, de posibles cursos de acción. Entonces, perdonar no significa negar u olvidar, sino que yo ahora estoy escogiendo un sendero diferente de aquel por el que he venido, me estoy ofreciendo la oportunidad de cambiar de dirección, de dimensión de la experiencia, estoy resignificando mi mundo, y al hacerlo resignifico ese cruce de caminos, esa compleja red de surcos neuronales, de estados de conciencia. Me ofrezco el don de cambiar mi mundo, de hacer un movimiento que modifica todo lo anterior y al hacerlo estoy transformando mi futuro porque he pasado a un camino que va a conducirme a lugares diferentes, con personas y circunstancias diferentes.

El perdón no sólo es un acto de libertad, compasión o conocimiento, sino también un salto creativo, un salto evolutivo por el cual hacemos cambiar el escenario de nuestra existencia. Asimismo es un don para la persona a quien lo ofrecemos; no lo justificamos, ni nos escondemos de tomar medidas, tener una charla, recurrir a la justicia o aquello que nuestro yo más elevado se sienta llamado a hacer, pero dejamos a la persona con la responsabilidad de sus acciones sin juicio, sin miedo, sin culpa. Cuando hay ausencia de juicio la persona también obtiene el don de la libertad para ser ella misma, a partir de ahí puede replantearse su conducta, o no, pero asistimos a su elección desde el no juicio, desde la ecuanimidad. Como digo, no se trata de que en el mundo de la forma la persona no confronte lo que ha hecho, sino que, desde otro nivel, vimos que sus elecciones la llevaron a este lugar y que también esa persona es capaz de modificar sus elecciones. Que lo haga o no deja de ser asunto nuestro. El don está ahí para que lo tomemos. Es nuestra elección.

Hay veces que nos esforzamos por perdonar desde el intelecto porque "es lo que hay que hacer", "porque es lo que dice mi religión, o el karma" o lo que sea, pero las emociones permanecen. No luches, en el interior de ese sufrimiento también hay una ofrenda, la de la escucha. Escucha la información de tu parte más vulnerable, que es la que se está manifestando a través de esa emoción: el miedo, la ira, los celos, la inseguridad, el odio, la adicción.


El perdón es un acto de escucha a nuestro interior.


Concedámonos esa ecuanimidad, esa compasión y confiemos en el proceso. Amemos esas partes de nuestro interior que necesitan ser miradas, reconozcámonos en ellas, dejemos de perseguir el perdón. Vendrá, en el momento justo, despacio, como un aliento, una llamarada o un fulgor, o no, pero en ese acto de escucha habremos ganado un espacio de aceptación y de libertad interior que nada podrá quitarnos. Y esto será el más grande acto de amor que podamos realizar para nosotros y para el mundo.



Brunhilde Román Ibáñez

Créditos de la imagen: Diana E. Martín Herrero


jueves, 27 de agosto de 2020

El Pintor

                                                                El Pintor

    La mano redime al pintor, lo crea en cada trazo. No, él no pinta el mundo, Dios pinta a través de él, es la mano de Dios la que pinta al pintor y a la vez es la mano del hombre, la que repite el gesto de todos los pintores. La mano es múltiple, nunca es una sola la que está fabricando ese mundo nuevo. Es la mano que recoge colores como recuerdos, todo estaba allí, ha salido de su palma, todos los colores, incluso los que el pintor todavía no conoce, están allí, los va creando mientras se crea, mientras crea a Dios con la misma mano: el espesor verde de la lágrima o la escarcha, los pájaros amarillos de Klee sobre un fondo de silencio y metal, el brillo agreste de la mujer de Rousseu, el aduanero, el orgasmo de flores en la mirada azul de Georgia O'Keeffe, el mar opaco que recoge el incendio de las cumbres de Friedrich.

El pintor tiene una mano manchada, la mano tiznada del laborar cotidiano con los materiales bastos de la vida: el trabajo sucio, el desorden, el cansancio, el peso de lo incierto. Pero la otra mano, esa no conoce la gravedad, está anclada en el infinito, se mueve por los lienzos con el poder solar de sus dedos en danza, de la caricia ante el papel rugoso. Es el amante que viene al cuadro como al renacer, con el agua fresca del día del primer amor.

 El pintor presiente la vida con su mano, los ruidos, los ecos, las palabras calladas. Se toma a sí mismo de la mano, como el niño a su juguete viejo, a un osito un poco destripado. Se oye a sí mismo decir: "Toma mi mano, mira sus líneas, la forma de sus dedos, la levedad de las uñas dormidas como esfinges. Tú me hiciste con ella, diste la forma y el nombre a lo no visible, a lo que latía antes de la mirada. Participaste en la creación del mundo. Déjame tocarte ahora como si siempre hubiéramos de ser inmortales."



Gustav Klimt, , el Abrazo, o Fulfilment, en el friso Stoclet, Viena.

También por aquí, incluyo mi entrevista en el programa "Cantando al Erotismo": estuvimos hablando sobre erotismo, desde luego, pero también sobre poesía, danza, viajes y más. 

https://www.facebook.com/watch/?v=1034419226976525&extid=xRKJqwmElbJqZxL6 

viernes, 31 de julio de 2020

Dos Poemas de Alberto Morate

Por supuesto tenía que ponerlo por aquí, el poema que Alberto dedica a mi libro, Animal Profundo. Con la misma fiereza y sensibilidad, con la misma búsqueda y el mismo sobrecogimiento. Por el amor a la palabra, al verso que nos lleva más allá de lo decible.


Te conviertes
en todas las mujeres
y en todas las diosas,
miras hacia dentro
ofreciéndonos toda tu luz,
y recoges en tus versos
la historia y los sentidos.
Sí, eres la lluvia,
y la penumbra,
y la tierra húmeda,
y el rocío cuando tiembla,
la luna que se oculta tras las nubes, pero que siempre está.
Has entendido el rumor del agua,
la mano del espejo que nos acaricia,
y perdura la voz,
irrumpes en mi tarde sosegada.
Has entrado sin llamar,
casi no me daba cuenta de que estabas,
te leía medio adormilado,
hasta que me empezó a ser imprescindible tu presencia,
tus versos,
tu “animal profundo”.
Aún estalla tu luz en mi retina”,
lo que hay más allá del silencio,
y aunque digas que lo haces rutinariamente,
esculpes los sueños
sin importarte su final.
Aúllas desde el mar y desde la sangre,
que es una forma de llanto,
y de camino hacia la libertad de la noche
donde todo puede ser.
Vas callando hacia dentro”
y te escucho bailando en las hogueras
con tu voz poniéndose en pie,
con la palabra perpetuándose,
con la palabra “abierta entre las manos”
y cuando solo quede una
que se confunda con un grito.
No, tu poesía no es una enfermedad incomprendida,
te juegas la piel en cada verso
y nos haces volver de lo imposible
hasta que “el silencio
alcanza su secreta resonancia”
y ya tu voz, tu lamento, tu respirar,
está en cada diosa
que nos habita.

Alberto Morate

Y otro poema, también de Alberto, cuerpo al filo del alba, en el deseo de más vida, de saciarse en un amor sin fronteras. Quedarnos, explorar los territorios de lo desconocido en el cuerpo amado, en el alma que ríe y se desnuda sin prisas. Conocer en la fuerza original de la caricia en la que podemos ser, simplemente, desde el gozo y su verdad.

Ser visible y no estar cerca,

estar vivos y parecer espíritus en la niebla.
Me conozco ya de tu interior algunos páramos,
pero juntos hemos abierto veredas,
alianzas emocionales,
estrellas comunes, experiencias.
Nos falta una posible unión
que llegará un día cualquiera.
No hay prisa en este mar,
en este bosque de letras,
hemos entrado gratuitamente,
sin visados ni documentación en regla,
en la vida uno del otro,
y te sueño mientras duermes,
y te desvelas al notar mi presencia.
Somos dos cuerpos
sin límites,
una línea de ida y vuelta,
y no buscamos la salida,
queremos quedarnos a vivir en ella.

 del poemario "En Un Momento"

Alberto Morate es poeta y dramaturgo, profesor y seguramente varias cosas más que no sabemos. Lo podéis encontrar en albertomorate.com, en facebook (Alberto Morate) y en cualquiera de los poemarios donde cohabita felizmente con su palabra desde hace muchos años.



El retrato es de Carmen Okamika Garabilla.






sábado, 23 de mayo de 2020

Las Nueve Musas leen poemas de Eduardo Mohedano

¡Ea, tú! comencemos por las Musas que a Zeus padre con himnos alegran su inmenso corazón dentro del Olimpo, narrando al unísono el presente, el pasado y el futuro.
                                                                                                                            Hesiodo. Teogonía



No hablaré aquí de nuestro padre Zeus, pues es sobradamente conocido pero sí de Mnemosine, nuestra madre ¿por qué Mnemosine - la Memoria- se unió al padre de todos los dioses? Quizá porque la memoria en gran medida nos inventa, porque es en si misma un arte y porque mientras estamos en el recuerdo de los vivos seguimos existiendo de algún modo.
El arte es una manera de narrar el presente y el pasado pero también de escribir el futuro. La palabra, la voz, la música son a la vez límite y puente. Límite porque nunca podremos llegar a nombrar lo inefable, lo que intuimos que está más allá del logos, de lo expresable; y puente porque nos proyecta a los futuros posibles, a lo que sí somos capaces de invocar y traer al mundo a través de la música, la pintura, la poesía. Ahí está nuestra belleza, ahí está nuestra inmortalidad. Somos las musas, Melpómene, Talía, Clío, Urania, Erato, Euterpe, Polimnia, Calíope y Terpsícore, la memoria de ese futuro que está siendo creado. En el origen fuimos ninfas de los arroyos y las fuentes cuando el canto y el habla eran de origen divino y los poetas venían a beber de nuestras aguas. Ven, entonces, y bebe de la fuente de Mnemosine en Lebadia, ven y recuerda quién eres y qué viniste a contar.

                                                 Y como decía Bernard Shaw (ciertamente inspirado por Nosotras):

                                                    "Hay quienes miran lo que es y preguntan ¿por qué?
                                                     pero yo sueño con cosas que nunca fueron y digo, ¿por qué no?"


Antes de que nos conozcáis  os dejamos con la introducción de Soledad Garnero a las Nueve Agujas del Reloj, el poemario de José Eduardo Mohedano basado en Nosotras. Ella es nuestra Mnemosine y su fuente está en La Forja de las Letras, puro manantial de inspiración.


Terpsícore, la que deleita en la danza, musa, cómo no, de la danza, aquí en la piel de Virginia del Pozo.


Calíope, la de la bella voz, musa de la poesía épica y la elocuencia regalando su voz con Anita Wonham.


Polimnia, la de muchos himnos, musa del canto sagrado, las danzas rituales y la retórica nos invita a crear a través de Encarna Armero.


Euterpe, la muy placentera, musa de la música, cantada por Virginia Fernández

Y la Euterpe encarnada en la voz de Ana de Lima.


Erato, la amorosa, musa, qué duda cabe, de la poesía lírica y amorosa, por Eduardo Mohedano.

Erato, esta vez en el amor de Elena Molina

Urania, la celestial, musa de la astronomía interpretada por Val Marchante.

Y otra Urania, inspirando al mundo con Patricia Moreno Liñán.


Talía, la floreciente, musa de la comedia y de la poesía bucólica por Brunhilde Román.


Clío, la alabanza, musa de la historia en la voz de Cristina Moreno.



Melpómene, la melodiosa, musa de la tragedia encarnada por Sara Levesque.


Los poemas son de José Eduardo Mohedano Cordoba (Las Nueve Agujas del Reloj) interpretados por diferentes artistas.
La introducción a las Musas es de Brunhilde Román Ibáñez.

lunes, 4 de mayo de 2020

With a Little Help From My Friends

Arte y  amistad como dos respiraciones que acaban siendo una. Quizá realmente son lo mismo porque como todo arte, la amistad es yuxtaposición, imbricación, diálogo. El 30 de abril, el día en que vuelvo a encontrarme en el camino del sol decidí celebrar a los dos. He incluido cosas que me han enviado algunos amigos, pero faltan muchos más. Esto es sólo una muestra, pero va por todxs, por quienes siempre están ahí para reir o llorar (o reír y llorar), por los que reaparecen después de diez años, por las mujeres que corren con gatos y los hombres que bailan con lobos (y viceversa), por las que escriben y los que construyen, por los galácticos, cósmicos, idealistas y filósofos. También por las que sueñan y las que plantan flores en el asfalto, por quienes no se rinden y por quienes lo dejan todo. Por los que me quieren y me lo dicen, por las que hablan con los perros y las piedras. Por los surrealistas, cuenteros, seres medievales y seres de otros mundos, las que hablan y florecen, los que callan y tienden las manos. Los que abrazan. Las que crean mundos nuevos, los paridores de la voz que no será callada. Nunca me faltéis.

Esto es de Abo, un ser adorable (podéis encontrarlo en facebook en la página de El Abominable).

Brunhilde Román: sabes, porque casi no hay cosa que no hayas leído, que en Cien años de soledad un personaje tan intachable, sumamente admirable y bello termina volando hacia el cielo inopinadamente.
🎶
No, tú no eres exactamente así. No hay que esperar que vueles, porque has volado desde siempre, como mariposapalomafaisán que eres.
En ti se encierra un alma que no debería nombrar quien no es digno de ello.
Así, preparándome para el silencio, te envío un beso y un abrazo que quiero sanadores.
¿Volveremos a bailar derviche? 🌷🙏🌴
Diana, amante de Leonardo y conocedora de mitos que recuperan la sabiduría del alma. Aquí su dibujo sobre un poema de Baudelaire, L'Invitation au Voyage, musicado por Battiato y danzado por mí. Podéis visitar su página en facebook: Mitos, Dioses y Astrología



Y aquí el vídeo del dibujo.

Un cuadro de otro pintor y poeta, Rafael Peñalver Andrés, que también tiene página en face en la que combina poesía y obra pictórica. 



También os presento a un joven poeta y rapero chadiano Innocent Clément, su página: Diclem7

Rimes brunies Avec toi, je forme cette dualité De cœur et de sentiments partagés. C'était cette base, cette sensualité, La poésie et cette envie engagée. Il a suffit de cette réponse positive à ma demande Pour qu'on se retrouve, pour qu'on voyage. Il a suffit que toi et moi, nous nous rencontrions Pour que naissent ces rimes isométriques qui me soulagent. Avec toi, nous sommes unis dans cette pluralité, Cette ouverture d'esprit bien managée. Tu inspires l'assurance, la maturité. Je me vois grandit de ces plaisirs imagés. Brunhilde ou ces inspirations divines, Le monde est un grand village. Pourquoi ne pas en faire un grand spectacle, Où toi et moi sur cette scène avec le même courage? Diclem7
Innocent Clément

Y una imagen "Flor Danzante" de Jenny Carralero, videoartista, cantautora y un largo etcétera. La podéis encontrar como Jenny Meriad Art.



Os dejo con el poema de Baudelaire, uno de mis himnos personales.

Invitación al Viaje (Las Flores del Mal, 1857)

Mon enfant, ma sœur,
Songe à la douceur
D’aller là-bas vivre ensemble !
Aimer à loisir,
Aimer et mourir
Au pays qui te ressemble !
Les soleils mouillés
De ces ciels brouillés
Pour mon esprit ont les charmes
Si mystérieux
De tes traîtres yeux,
Brillant à travers leurs larmes.

Là, tout n’est qu’ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Des meubles luisants,
Polis par les ans,
Décoreraient notre chambre ;
Les plus rares fleurs
Mêlant leurs odeurs
Aux vagues senteurs de l’ambre,
Les riches plafonds,
Les miroirs profonds,
La splendeur orientale,
Tout y parlerait
À l’âme en secret
Sa douce langue natale.

Là, tout n’est qu’ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Vois sur ces canaux
Dormir ces vaisseaux
Dont l’humeur est vagabonde ;
C’est pour assouvir
Ton moindre désir
Qu’ils viennent du bout du monde.
— Les soleils couchants
Revêtent les champs,
Les canaux, la ville entière,
D’hyacinthe et d’or ;
Le monde s’endort
Dans une chaude lumière.

Là, tout n’est qu’ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Y la versión musical de Battiato 

En ese país que se parece tanto a ti
Los únicos lánguidos de sus cielos nublados
Tienen para mi espíritu el encanto
De tus ojos cuando brillan nublados
Allí todo es orden y belleza
Calma y voluptuosidad
El mundo se duerme en una cálida luz
De jacinto y oro
Duermen perezosamente las naves vagabundos
Llegamos de todas las fronteras
Para satisfacer tus deseos
Por la mañana escuchaba
Los sonidos del jardín
El lenguaje de los perfumes de las flores "
Baudelaire según adaptación de Franco Battiato🌿








jueves, 20 de febrero de 2020

José Lezama Lima y Brunhilde Román: la prosa poética que siempre quisieron escribir.


El otro día José Lezama Lima se presentó en mi casa. Yo estaba como suelo estar por las mañanas: en pijama, sin peinar y bebiendo té verde. Era invierno - 2 de febrero de 2020- Y digo yo que ya habría podido venir en verano, que me hubiera pillado igual de despeinada y bebiendo té verde, pero sin ropa, que tiene como más glamour. Pero era invierno y yo me paseaba por la casa con mi ropa de dormir, o sea, un pantalón de deporte, calcetines de alpinista y varias capas de jerséis y camisetas superpuestas que me dan un aspecto vagamente informe, entre esquimal y saco de patatas. Para completar el cuadro me faltaría un gato pero sólo tengo un gorila de peluche. Nadie es perfecta. En fin, apareció Lezama Lima como digo. En ese momento pensé que venía a comprar mi alma y empecé a calcular que con las pintas que llevaba no iba a poder pedirle gran cosa. Pero no, me dijo que lo que quería era escribir conmigo un texto a cuatro manos.

Quedé sobrecogida ante tal honor y un poco espantada también, la verdad ¿cómo podía yo siquiera pensar en anudar mi palabra a ese verbo anchuroso del escritor cubano? Ni aunque atase junta en una ristra toda la ropa que uso de pijama, sería capaz de reunir tal caudal y llegar como un sueño a los ríos que desembocan en Lezama Lima. Sin embargo no me arredré, él empezó con Oppiano Licario, yo seguí. Poco a poco, sin que me diera cuenta, fue haciéndose el verano y la luz de La Habana entraba sin prisa por las ventanas de mi casa. Cuando escribí el punto final, me miré: sólo llevaba ya los calcetines de alpinista y Lezama Lima se había marchado.

Esto fue lo que escribimos:

Con la dignidad del artista que espera la transformación de la oscuridad primera en espiral
y en el dolor del agua quieta un beso encuentra la plenitud del vientre, oh Yocasta
al romperse, en luz infinita o en bosque total
donde el tiempo siempre regresa al barro de la mujer que lo parió
la rueda de las formas, girando con lentitud alucinada
la no forma, la que ha de venir y aún no se conoce, la que gira en la hechizada aurora
donde bate un oleaje que todavía no es símbolo ni resistencia
la mano pesa la ley de la vida y de la ciencia, en el corazón se vierte su materia indivisa
la mirada ceñía, las manos fijaban, los dedos eran esponjas inaudibles que preguntaban
no olvides que fue el aliento de la esfinge quien colocó la pregunta en los labios de Edipo,
ella, la que
entraba en el devenir de otra persona sin que esta percibiera el nuevo jinete que había entrado en su propio río
la memoria es la frontera que avanza sobre la luna delgada y engendra en ella su única lágrima
es Edipo quien navega en su esplendor y en
la arrogancia que llora en la soledad de la medianoche




En negrita: citado de Oppiano Licario, de José Lezama Lima
Narración marco y resto de la prosa poética: Brunhilde Román Ibáñez






miércoles, 22 de enero de 2020


POESÍA MÍTICA


"El Tao que puede decirse no es el verdadero Tao"
Tao Te King


En "Dónde se encuentra la Sabiduría?" Harold Bloom se cuestiona cuál es el lugar de la poesía y de la filosofía en cuanto a su capacidad para hacernos comprender el mundo. Shakespeare lo resume en esta frase de Hamlet: "There are more things in heaven and Earth, Horacio, than are dreamt of in your philosophy."

Si la filosofía parte de la observación empírica y el conocimiento racional, la poesía tiene la capacidad de trascender los límites de lo visible y lo entendible para entrar en otra dimensión de la experiencia. Lo mismo sucede con el mito, leer un mito es traspasar un umbral, traer un conocimiento simbólico que elude la esfera analítica. Estamos en el reino de lo analógico, de las correspondencias entre mundos, de las corrientes sutiles por las cuales una determinada música, una palabra, atraviesa el filtro mental y nos sobrecoge. El arrobamiento del que hablaba Santa Teresa viene de este lugar, de la sensación, aquello que nos fulmina sin que sepamos por qué; y es que ha entrado en otro ser de nosotros, otra capa fuera de las fronteras de la mente racional. La parte que conoce, simplemente, la fuente subconsciente que bebe de mares antiguos y que conecta nuestros ríos profundos con un conocimiento universal, un mar que no es sólo nuestro y en el que navegan todas las fuerzas de lo posible.

La potencia del mito, entonces, como la de la poesía radica en su naturaleza a la vez literal y simbólica. En un nivel nos encontramos con el poder transmitido a través de la palabra, las ideas, la evocación, la sonoridad, el relato, el camino al que nos lleva cada nombre, las encrucijadas, la lengua y su resonancia. Por otro lado la metáfora nos conecta a otro campo de experiencia. En la mitología clásica los elementos están conectados a deidades, la naturaleza está viva y se da una interacción con el universo, un alineamiento. Las historias y los poemas revelan lo que la palabra no es capaz de nombrar porque la palabra, como el dios Jano, tiene dos caras, dos filos: es tanto límite como umbral, lo no dicho nos llega cuando trascendemos esa palabra y llegamos al otro lado de ella, al río subterráneo que corre más allá de la forma, de lo comunicable. 

Un mito o un poema puede producir un impacto a un nivel celular y transformar la energía alrededor de sí, de ahí su fuerza, de ahí su capacidad de generar conocimiento a través de la sensación, de la electricidad que emana nuestro cuerpo cuando entramos en el poder de una imagen poética o de una historia que nos impacta sin que realmente lleguemos a entender del todo por qué ha causado en nosotros ese movimiento interno. Harold Bloom diría que el último Wittgenstein, el místico, finalmente sabe que detrás del lenguaje se encuentra el poema, o el mito. La revelación de algo, la epifanía que en un instante nos toca y puede cambiar una vida. Y el misterio que en ella permanece porque somos más allá de lo que sabemos de nosotros mismos.


RETORNO A AVALON


En esta exacta sombra de la tarde
crece la hierba al verde infinito
del ojo que la mece y la contempla

Es de día y sin embargo yo sueño en lo más alto
de este sueño
tenue silencio de algo que no fuera real
y aun así más cierto que toda la existencia

viene la hierba a enredarse en un suspiro
que atraviesa la herida de la tarde
y hay un corazón antiguo que ya soñó
bajo esta misma niebla

y trepa tenaz del suelo al verde
donde mi propio corazón está creciendo

Avalon, si un día vuelvo
llévame a la colina donde yace el sueño del mundo
y que en su pálpito caliente
mis manos lo alcen del seno de la tierra
y encuentren esas manos el lugar antiguo y olvidado
en que mi pecho abierto espera



LEYENDAS DE BROCELIANDE


Por el lomo del río alumbra el canto de la especie
el cuerpo solar se enreda en las astas del ciervo
mientras la forma que habita el aire espera tendida

Una ola delgada alienta en mi interior
he bebido de la diosa
y la noche aguarda.






AENGUS


"...and pluck till time and times are done
the silver apples of the moon
the golden apples of the sun"
W.B. Yeats



Ardo como una mujer clara
entre el trigo durmiente
Suenan las aguas calladas
las aguas proféticas sueñan
con voces blancas tomando la vida
manzanas del jardín umbrío
apenas despertando al temblor y al rocío
manzanas que retienen el soplo de la carne
lo que queda dentro de las cosas que callan

Aengus, crucé la sombra
junté mis manos para reunir la lluvia
para sembrar en mi tierra húmeda
el fruto de la luz y de la luna

Aengus, entra en las aguas
abre mi sangre y funda en ella la noche
ven con tu ofrenda
yo
soy la lluvia
que tu boca está llamando






Texto y poemas: Brunhilde Román
El vídeo es de Jenny Carralero que puso todo su talento y sensibilidad en estas imágenes. Mares de gracias para ti, Jenny.