viernes, 31 de julio de 2020

Dos Poemas de Alberto Morate

Por supuesto tenía que ponerlo por aquí, el poema que Alberto dedica a mi libro, Animal Profundo. Con la misma fiereza y sensibilidad, con la misma búsqueda y el mismo sobrecogimiento. Por el amor a la palabra, al verso que nos lleva más allá de lo decible.


Te conviertes
en todas las mujeres
y en todas las diosas,
miras hacia dentro
ofreciéndonos toda tu luz,
y recoges en tus versos
la historia y los sentidos.
Sí, eres la lluvia,
y la penumbra,
y la tierra húmeda,
y el rocío cuando tiembla,
la luna que se oculta tras las nubes, pero que siempre está.
Has entendido el rumor del agua,
la mano del espejo que nos acaricia,
y perdura la voz,
irrumpes en mi tarde sosegada.
Has entrado sin llamar,
casi no me daba cuenta de que estabas,
te leía medio adormilado,
hasta que me empezó a ser imprescindible tu presencia,
tus versos,
tu “animal profundo”.
Aún estalla tu luz en mi retina”,
lo que hay más allá del silencio,
y aunque digas que lo haces rutinariamente,
esculpes los sueños
sin importarte su final.
Aúllas desde el mar y desde la sangre,
que es una forma de llanto,
y de camino hacia la libertad de la noche
donde todo puede ser.
Vas callando hacia dentro”
y te escucho bailando en las hogueras
con tu voz poniéndose en pie,
con la palabra perpetuándose,
con la palabra “abierta entre las manos”
y cuando solo quede una
que se confunda con un grito.
No, tu poesía no es una enfermedad incomprendida,
te juegas la piel en cada verso
y nos haces volver de lo imposible
hasta que “el silencio
alcanza su secreta resonancia”
y ya tu voz, tu lamento, tu respirar,
está en cada diosa
que nos habita.

Alberto Morate

Y otro poema, también de Alberto, cuerpo al filo del alba, en el deseo de más vida, de saciarse en un amor sin fronteras. Quedarnos, explorar los territorios de lo desconocido en el cuerpo amado, en el alma que ríe y se desnuda sin prisas. Conocer en la fuerza original de la caricia en la que podemos ser, simplemente, desde el gozo y su verdad.

Ser visible y no estar cerca,

estar vivos y parecer espíritus en la niebla.
Me conozco ya de tu interior algunos páramos,
pero juntos hemos abierto veredas,
alianzas emocionales,
estrellas comunes, experiencias.
Nos falta una posible unión
que llegará un día cualquiera.
No hay prisa en este mar,
en este bosque de letras,
hemos entrado gratuitamente,
sin visados ni documentación en regla,
en la vida uno del otro,
y te sueño mientras duermes,
y te desvelas al notar mi presencia.
Somos dos cuerpos
sin límites,
una línea de ida y vuelta,
y no buscamos la salida,
queremos quedarnos a vivir en ella.

 del poemario "En Un Momento"

Alberto Morate es poeta y dramaturgo, profesor y seguramente varias cosas más que no sabemos. Lo podéis encontrar en albertomorate.com, en facebook (Alberto Morate) y en cualquiera de los poemarios donde cohabita felizmente con su palabra desde hace muchos años.



El retrato es de Carmen Okamika Garabilla.