miércoles, 25 de marzo de 2015

Mis Arquetipos de Poder

ARQUETIPOS DE PODER

Los arquetipos son un camino de vuelta al ser, nos guían durante las distintas etapas de nuestra vida y nos proporcionan la clave de nuestro poder interior: de ellos extraemos la fuerza que nos hace falta en los momentos difíciles y nos sostienen. Nos recuerdan cuál es nuestra misión y cómo seguir adelante con valor y determinación. Los arquetipos nos proporcionan una energía que sabemos que siempre ha estado allí porque desde una temprana edad nos identificamos con ellos, o se activan durante una determinada fase de nuestras vidas, o puede que existan como sombra, es decir, constituyen lo que creemos que no somos pero nos gustaría ser. El arquetipo nos anima a encarnar ese potencial, aquello a lo que aspiramos pero todavía no hemos interiorizado para empezar a vivirlo desde dentro e incorporarlo a nuestra personalidad..

LA EXPLORADORA

Este es uno de los arquetipos que más me ha influido, le tengo un cariño especial porque la exploradora representa el espíritu de conocer y relacionarse a través del viaje, del encuentro y del aprendizaje. Para una exploradora viajar no es simplemente desplazarse de un lugar a otro. Ya sea en avión, en coche, en tren o a caballo todo viaje es parte de una aventura iniciática, de un entrar en lo desconocido, arriesgarte para salir de la experiencia con un mayor conocimiento de ti misma y del mundo.
Este arquetipo expresa la curiosidad, el asombro, la maravilla de explorar, de reconocerse a través de otros rostros, paisajes y culturas, el amor por el conocimiento de primera mano más allá de la especulación filosófica. Si eres una exploradora reconoces que no puedes tenerlo todo controlado y que la vida te sorprende a cada paso. Tal vez pierdas tu vuelo, o se produzca un encuentro inesperado, o tengas que cambiar tus planes en el último momento. Y todo esto se convierte en una experiencia de gran potencial transformador: consiste en aceptar la vida tal y como es, apreciar su diversidad y las diferentes experiencias sin querer que sean buenas o malas, simplemente asumes que eres el personaje principal de tu propia historia o mito y que todas las experiencias que vives te sirven en tu camino de exploración.
También eres capaz de hacer frente a la soledad y a la inseguridad. Este arquetipo te enseña a utilizar tus propios recursos y a confiar en la vida. Te puedes encontrar en un país cuya lengua no hablas, o perderte, o quedarte sin dinero lejos de amigos y familia y sentirte completamente sola. La exploradora te enseña que puedes salir adelante y que nunca estás realmente sola, tu guía interior te ayuda a encontrar soluciones y a acercarte a otras personas cuando necesitas pedir ayuda. Asimismo te enseña a abrir tu mente ante otras realidades y modos de vida y a considerarte parte de la gran familia humana más que encasillarte en una nacionalidad, raza o credo.

Si necesitas cultivar la confianza, o crear una sensación de aventura en tu vida, pídele a la exploradora que manifieste su energía en ti. Cuando contemples la vida como un viaje y cada viaje como una pequeña vida o una pequeña historia las sincronías empezarán a formar parte de ella. Encontrarás a la persona adecuada cuando te pierdas en una ciudad desconocida, o aparecerá ayuda inesperada cuando llegues por la noche a una ciudad sin haber reservado hotel y no haya alojamiento disponible. También serás capaz de sacar nuevas fuerzas de la soledad y considerar tu vida desde una dimensión más amplia.


Personajes: la historia y la literatura abundan en personajes reales o ficticios que encarnan este arquetipo, por ejemplo, Indiana Jones, Lara Croft, Marco Polo, Jeanne Baret, Gertrude Bell y mi favorita: Alexandra David-Néel, viajera intrépida y apasionada, fue la primera occidental en llegar a Lhasa, estudió con los monjes budistas y dedicó su vida a ampliar el conocimiento y a acercar el pensamiento budista a occidente. “Para aquel que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es una auténtica gloria”, decía.

Texto: Brunhilde Román Ibáñez

Foto: Alexandra David-Néel, autor desconocido






miércoles, 4 de marzo de 2015

MIENTRAS PUEDA de José Ángel Valente

MIENTRAS PUEDA decir
no moriré.

Mientras empañe el hálito
las palabras escritas en la noche
no moriré.

Mientras la sombra de aquel vientre baje
hasta el vértice oscuro del encuentro
no moriré.

                No moriré.
Ni tú conmigo.



Poema:  José Ángel Valente

Imagen: Diana E. Martín Herrero