ARQUETIPOS DE PODER INTERIOR

Pongo aquí juntos los arquetipos para que puedan leerse más fácilmente.

ARQUETIPOS DE PODER

Los arquetipos son un camino de vuelta al ser, nos guían durante las distintas etapas de nuestra vida y nos proporcionan la clave de nuestro poder interior: de ellos extraemos la fuerza que nos hace falta en los momentos difíciles y nos sostienen. Nos recuerdan cuál es nuestra misión y cómo seguir adelante con valor y determinación. Los arquetipos nos proporcionan una energía que sabemos que siempre ha estado allí porque desde una temprana edad nos identificamos con ellos, o se activan durante una determinada fase de nuestras vidas, o puede que existan como sombra, es decir, constituyen lo que creemos que no somos pero nos gustaría ser. El arquetipo nos anima a encarnar ese potencial, aquello a lo que aspiramos pero todavía no hemos interiorizado para empezar a vivirlo desde dentro e incorporarlo a nuestra personalidad..

LA EXPLORADORA

Este es uno de los arquetipos que más me ha influido, le tengo un cariño especial porque la exploradora representa el espíritu de conocer y relacionarse a través del viaje, del encuentro y del aprendizaje. Para una exploradora viajar no es simplemente desplazarse de un lugar a otro. Ya sea en avión, en coche, en tren o a caballo todo viaje es parte de una aventura iniciática, de un entrar en lo desconocido, arriesgarte para salir de la experiencia con un mayor conocimiento de ti misma y del mundo.
Este arquetipo expresa la curiosidad, el asombro, la maravilla de explorar, de reconocerse a través de otros rostros, paisajes y culturas, el amor por el conocimiento de primera mano más allá de la especulación filosófica. Si eres una exploradora reconoces que no puedes tenerlo todo controlado y que la vida te sorprende a cada paso. Tal vez pierdas tu vuelo, o se produzca un encuentro inesperado, o tengas que cambiar tus planes en el último momento. Y todo esto se convierte en una experiencia de gran potencial transformador: consiste en aceptar la vida tal y como es, apreciar su diversidad y las diferentes experiencias sin querer que sean buenas o malas, simplemente asumes que eres el personaje principal de tu propia historia o mito y que todas las experiencias que vives te sirven en tu camino de exploración.
También eres capaz de hacer frente a la soledad y a la inseguridad. Este arquetipo te enseña a utilizar tus propios recursos y a confiar en la vida. Te puedes encontrar en un país cuya lengua no hablas, o perderte, o quedarte sin dinero lejos de amigos y familia y sentirte completamente sola. La exploradora te enseña que puedes salir adelante y que nunca estás realmente sola, tu guía interior te ayuda a encontrar soluciones y a acercarte a otras personas cuando necesitas pedir ayuda. Asimismo te enseña a abrir tu mente ante otras realidades y modos de vida y a considerarte parte de la gran familia humana más que encasillarte en una nacionalidad, raza o credo.

Si necesitas cultivar la confianza, o crear una sensación de aventura en tu vida, pídele a la exploradora que manifieste su energía en ti. Cuando contemples la vida como un viaje y cada viaje como una pequeña vida o una pequeña historia las sincronías empezarán a formar parte de ella. Encontrarás a la persona adecuada cuando te pierdas en una ciudad desconocida, o aparecerá ayuda inesperada cuando llegues por la noche a una ciudad sin haber reservado hotel y no haya alojamiento disponible. También serás capaz de sacar nuevas fuerzas de la soledad y considerar tu vida desde una dimensión más amplia.

Personajes: la historia y la literatura abundan en personajes reales o ficticios que encarnan este arquetipo, por ejemplo, Indiana Jones, Lara Croft, Marco Polo, Jeanne Baret, Gertrude Bell y mi favorita: Alexandra David Neel, viajera intrépida y apasionada, fue la primera occidental en llegar a Lhasa, estudió con los monjes budistas y dedicó su vida a ampliar el conocimiento y a acercar el pensamiento budista a occidente. “Para aquel que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es una auténtica gloria”, decía.





LA SABIA

Este es un arquetipo muy valioso para mí porque nos devuelve a la curiosidad de la infancia con la experiencia de todo lo vivido como adultos.
Como sabia puedes haber pasado gran parte de tu vida buscando el conocimiento, haciéndote preguntas, indagando. La sabia observa el mundo a su alrededor con sus circunstancias, lo que parece injusto o extraño y quier comprender, absorber. Si sientes este arquetipo en ti, manifiestas una gran curiosidad por lo que te rodea, un ansia de ir más allá y una enorme pasión por la vida y sus manifestaciones. Amas el mundo y todo lo que contiene en sí de misterioso y desconocido.

Muchas personas con este arquetipo pasan gran parte de su vida dedicadas al mundo intelectual, viviendo desde la mente, estudiando teorías y a veces encerradas en una torre de marfil. Su gran deseo de aprender y su pasión por el saber puede hacer que se alejen de lo cotidiano durante parte de su vida. Sin embargo, si este es tu arquetipo, en algún momento de tu vida te haces consciente de que el conocimiento tiene que llegar al corazón, que la verdadera sabiduría no es simplemente adquirir datos, sino ponerlos al servicio de algo más grande, puesto que sabiduría es conocimiento que ha pasado al corazón a través de la mente. Te haces sabia a través de la compasión y de la empatía con tus semejantes, utilizando tu curiosidad y tu enorme conocimiento para que la humanidad o simplemente las personas más cercanas a ti puedan despertar a una mayor conciencia.

La sabia también nos recuerda que “mi verdad no es la verdad absoluta, sino aquello que es cierto para mí en este momento de mi vida”, la sabia no es prisionera de los dogmas, de las certezas o de lo que “debe ser”, sino que ve “lo que es” y actúa a partir de ello, con la creencia de que el conocimiento siempre se expande y que las limitaciones que le pongamos son realmente nuestras propias limitaciones. El arquetipo de la sabia nos enseña a vivir desde la humildad al darnos cuenta de que hay otras perspectivas que también son válidas y a cultivar la paciencia y la compasión con quien creemos que sabe menos que nosotros: ella sabe que en algún momento también estuvo allí, también experimentó la ignorancia, la soberbia, las limitaciones auto-impuestas y la cerrazón a un punto de vista.

Cuando este arquetipo se manifiesta, nos enseña a vivir desde la coherencia con nuestra verdad. Has vivido muchas experiencias, algunas las has catalogado como “buenas” o “malas”, pero siempre, a través de ellas, has experimentado, has conocido y has llegado a conclusiones sobre ti misma y sobre la vida. Ese experimentar quien eres a través de la experiencia ha hecho que elabores una serie de principios sobre lo que funciona para ti y cómo quieres vivir, son la afirmación de tu yo en el mundo, y vivir de acuerdo con esos principios es esencial para ti, como también lo es defender esas convicciones. Al igual que respetas puntos de vista que no compartes necesariamente, también pides el mismo respeto para los tuyos.

Si necesitas creer en ti, en tu verdad, desde el respeto y la compasión, pide a la sabia que active en ti su energía de firmeza compasiva. A través del conocimiento amoroso puedes llegar a muchos otros porque el mundo necesita hoy esa energía: la expansión del saber vinculada a lo pequeño, a lo humano, a los sentimientos, es decir, a lo que hace de la Humanidad un gran todo en el que todos nos reconocemos como espejos de los otros y somos necesarios. La sabia nos lleva más allá de nuestros pequeños odios personales porque comprende que en algún momento de nuestra existencia todos nos hemos dejado llevar por la envidia, el miedo, la ira... pero que eso ya no es lo que nos anima a seguir porque hemos aprendido a sentir la vida desde una perspectiva más amplia.

Personajes: algunos de mis favoritos están aquí, el Fausto de Goethe y sus conversaciones con Mefistófeles, buscaba el conocimiento en los libros, pero comprendió a través del amor. Galileo Galilei (eppure si muove), María Profetisa y mi querida Hipatia de Alejandría, sobre cuya vida se hizo la película “Ágora”. Ella buscó el saber para hermanar al mundo y elevar la conciencia del ser humano. En sus propias palabras: “La vida es un desplegamiento, y cuanto más lejos viajamos mayor es la verdad que podemos abarcar. Comprender las cosas que nos rodean es la mejor preparación para comprender las cosas que hay más allá”.




LA INSPIRADORA

Las inspiradoras pueden provenir de dos historias de vida diferentes.
En la primera has venido a este mundo consciente de todos los dones que has recibido, desbordas de optimismo, compasión y confianza, y sientes el deseo de compartirlos con los demás. Tu vida no ha sido necesariamente fácil, pero desde muy pequeña has experimentado una creencia básica: “de todo se puede salir” y “hay que creer”. Tu naturaleza es expansiva, reconoces el brillo en ti y deseas verlo en los demás, tu corazón generoso contempla la belleza en las demás personas y deseas que ellas también sean capaces de reconocer su propia belleza y sus talentos.

En la segunda el escenario es completamente distinto. Has podido llegar a la vida sintiéndote desprotegida; muchas veces, las circunstancias te han hecho percibirte a ti misma como víctima bien sea porque desde una tierna edad hayas estado expuesta a conflictos, pérdidas, abusos o violencia. Tus creencias más profundas eran invalidantes: “no sé”, “no puedo”, “no valgo”. A lo largo de tu vida has realizado un viaje de transformación en el que has profundizado en tus miedos y has logrado sanar heridas, eso te ha convertido en una persona compasiva y capaz de entender el sufrimiento. Has llegado a un punto en el que puedes servir como modelo a otras personas que están pasando por lo que tu pasaste. El regalo que ofreces a la vida es tu experiencia sanada, la alquimia de la realidad transformada: conoce el miedo, elige el amor.

La inspiradora es una persona conectada a su pasión, centrada, entregada a la realización personal, vive en un mundo vibrante, lleno de posibilidades, en el que es posible arriesgarse cuando se sigue la llamada del corazón. Si sientes que hay una inspiradora en ti, has venido al mundo o has descubierto en algún momento un sentido de “misión”, algo así como una tarea que no se siente como un trabajo sino como una vocación, es algo en ti que te conduce a descubrir y a conocer, pero sobre todo a irradiar. Tienes el convencimiento de que lo que haces no lo haces sólo para ti, sientes que eres un transmisor, un canal, un catalizador. Tu noción del servicio a la vida te lleva a compartir, puede que te dediques a la enseñanza, a trabajar como coach, a cualquier otra profesión en la que puedas inspirar, alentar y acompañar a otras personas en su viaje de autodescubrimiento.

Tú, que has conocido el dolor y a través de él el amor, o que desde muy temprano experimentaste la maravilla de la vida, o ambos a la vez, comprendes que al manifestar eso que tú eres das a los demás la posibilidad de verse como quien realmente son, tu presencia empodera porque al dirigirte a la esencia de la persona la permites liberarse de sus propios de juicios. Esto no significa que no pases momentos de enfado, miedo o tristeza, sino que, desde la humildad, has encontrado la voz que permite que la vida se exprese a través de ti, y este conocimiento te llena de gozo que deseas repartir. Tampoco consideras que debas salvar a nadie, ni siquiera ayudarles, simplemente dejas que esa Presencia toque sus corazones; permitiéndote tu propia apertura permites que ésta encuentra un eco en el que otros pueden reconocerse si así lo desean.

Personajes: Juana de Arco, en cuyo corazón sonaba la libertad, Oprah Winfrey, que conoció pobreza y abusos y eligió exponer sus heridas para mostrar que es posible creer en la Vida, Gandhi, quien en “Todos los Hombres son Hermanos” expresó: “mi tarea habrá terminado si logro convencer a la humanidad de que cada hombre o cada mujer, sea cual fuere su fuerza física, es el guardián de su libertad.” Louise Hay, que, al igual que Oprah experimentó circunstancias muy duras que le permitieron convertirse en una gran maestra. Y todas las personas desconocidas que en algún lugar del mundo eligen el amor en las situaciones más adversas.





LA MUJER SALVAJE

Palabras clave: intuición, aceptación, conexión con la Tierra

Para mí este es un arquetipo de gran belleza porque nos devuelve a nuestra verdadera esencia.
La mujer salvaje es aquella que ha aprendido a amar su cuerpo, pues es consciente de que, más allá de nuestro aspecto físico, el cuerpo es portador de información y al escucharlo podemos recibir mensajes tanto de nuestro inconsciente -referentes a nuestra salud, a nuestros sentimientos más profundos, a la forma en que tomamos decisiones- como del universo que nos rodea. La mujer salvaje vive en el presente porque ha comprendido la importancia de habitar, aceptar y amar su cuerpo. El cuerpo de una mujer salvaje no tiene que acomodarse a los cánones de belleza, ella no está interesada en esos conceptos, pero sí es consciente de su manera de caminar por el mundo, de su postura, que siempre refleja esa dignidad que siente hacia sí misma, de su respiración, de sus movimientos...
Asimismo es consciente de la importancia del deporte, el movimiento, para mantener un cuerpo ágil y flexible, así como de la alimentación y el descanso, necesarios para sentirse vibrante y llena de energía. Si necesitas integrar a la mujer salvaje en tu vida empieza por cambiar tus hábitos alimenticios, conéctate con tu cuerpo y dirígete a él con cariño, comunícate con tus células, haz deporte, baile, yoga, masajes o camina por el campo. Este arquetipo está profundamente ligado a la naturaleza. Si eres una mujer salvaje necesitas pasar tiempo en la naturaleza, caminar descalza a la orilla del mar, trepar árboles, nadar, subir montañas, meditar ante una puesta de sol, dormir desnuda a la luz de la luna... sientes que eres parte de la naturaleza y esa comunión alimenta tu espíritu y te da fuerza.
En la naturaleza nuestros hemisferios derecho e izquierdo se alinean y amplían nuestra capacidad de recibir información. La mujer salvaje está naturalmente conectada a su intuición ya que se ofrece el regalo de la soledad y la quietud en la que es posible escuchar la suave voz que habla en lo más hondo de nosotros. Esta intuición actúa en ella como una brújula que la ayuda a conducirse en su vida y tomar decisiones que emanan de un conocimiento más profundo y certero que aquellas tomadas únicamente desde la cabeza. La mujer salvaje crea su propio nido, tanto en la naturaleza como en su hogar, lo que la protege del ruido exterior, la discordia y la manipulación de medios de comunicación. Cierto que también tiene que ocuparse de los asuntos del mundo material, pero lo hace desde el plano de esa conexión íntima y verdadera con lo natural.
Esa conexión con lo esencial le permite desvincularse de las necesidades del ego: un coche más grande, una casa más grande, aparatos modernos o pasar tiempo comprando y acumulando más ropa. La mujer salvaje es coherente con lo que ha elegido vivir, es decir, en la esencia, no en la superficie, esto le permite dedicar más tiempo a las cosas que verdaderamente la importan, la nutren y la hacen crecer. Suele ser una mujer sonriente, alegre y al mismo tiempo alguien que sostiene y acoge en sí los ritmos de la vida, por lo que puede necesitar un tiempo dedicado al silencio, a estar consigo misma. Este movimiento cíclico le permite equilibrarse y experimentar los cambios con mayor aceptación: el paso de las estaciones, las transformaciones de una etapa a otra de la vida... ella sabe que nunca se pierde nada, que el frío del invierno dará paso a otra primavera, que vamos de la tristeza a una renovada alegría y que la ancianidad contiene en sí todo lo vivido.

De la misma manera puede conectarse fácilmente con plantas y animales porque se permite ser instintiva y porque honra todas las manifestaciones de la vida sobre la tierra. Si eres una mujer salvaje probablemente estés rodeada de perros o gatos, o vivas en un entorno rural, o en la ciudad, pero acompañada de flores y piedras. Sientes muy dentro de ti ese amor de la Madre Tierra hacia nosotros y hacia toda la vida, puede que tú misma seas madre o nutras de una u otra manera a otras personas, animales o plantas.
Si este arquetipo ha despertado algo en ti, permítete bailar desnuda (o cocinar desnuda, leer desnuda), permítete el lujo de la soledad y el silencio, permítete gritar, abrir los brazos, correr, salir al campo y empezar a sentir tu cuerpo con el corazón.

Personajes: Jane Goodall, Diane Fossey, Biruté Galdikas, todas ellas estudiosas de los primates y grandes amantes de la naturaleza, Pocahontas, Clara y Francisco de Asís, James Lovelock, que popularizó en el mundo occidental la idea de Gaia, la Tierra como organismo inteligente, el Consejo de las Trece Abuelas y todos los pueblos indígenas que honran a nuestra Madre Tierra.







LA VISIONARIA

Sostienes una visión referente al futuro de la humanidad, a sus inmensas posibilidades y a su evolución. Vives y disfrutas del presente al tiempo que te proyectas a un futuro más pacífico, bondadoso y humano. Como visionaria tomas parte activa en la construcción de ese futuro, no permites que sean sólo los políticos, jefes o personas “importantes” los que tomen las decisiones. Te responsabilizas de tu propia vida y de tus acciones y participas en la toma de conciencia global sobre numerosos temas: los derechos humanos, el reciclaje, la educación, las cuestiones de género, las minorías, las energías alternativas... Todas las inmensas posibilidades que alberga nuestro planeta te llaman la atención y te impulsan a contribuir a favor de esa energía vibrante y nueva.
Una visionaria no pierde el tiempo en quejas, críticas y lamentos sobre todo lo que va mal pues sabe que todo cambio es primero un cambio de conciencia en el interior de cada persona. La visionaria observa lo que es y se concentra en lo que podría ser.
Si sientes que hay en ti una visionaria, eres consciente del poder de la intención y proyectas aquello que deseas ser, hacer o tener sin quedarte aprisionada por imágenes de impotencia y miedo; puesto que has experimentado tu propio poder interior, sabes que el impacto de una sola persona, aportando su granito de arena día a día, provoca un efecto onda y llega a otras personas de modos que a veces ni siquiera conocemos.
A la visionaria le apasionan las capacidades de la mente y las posibilidades de la tecnología al tiempo que siente empatía por nuestro planeta y sus criaturas y se maravilla ante la inmensa capacidad de la Tierra para producir alternativas y crear. La visionaria se siente atraída por la ciencia ficción, las posibilidades de vida en otros planetas, el pasado de la Tierra, los universos paralelos, los estados ampliados de conciencia y a veces siente una añoranza de algo que no sabe muy bien qué es cuando por las noches contempla el vasto cielo estrellado.
Si te sientes llamada a encarnar este arquetipo puedes colaborar con alguna organización. Siéntete en comunidad con personas que comparten tus intereses y experimenta la magia de la acción colectiva concentrada, movilízate por una causa más allá de las necesidades de tu ego, siempre desde la conciencia de que la realidad exterior es la proyección de lo que existe en nosotros “como es arriba es abajo, como es dentro es fuera”. Ya no buscas víctimas ni culpables sino que, centrada en tu intención, te enfocas en en ella desde tu corazón uniéndola con otros corazones hacia otro futuro posible. Una de mis frases visionarias favoritas es ésta de George Bernard Shaw:

“Hay quienes miran lo que es y se preguntan ¿por qué? Y luego están aquellos que miran lo que podría ser y se preguntan ¿por qué no?”

Personajes, George Bernard Shaw, por supuesto, Gregg Bradden, Gloria Steinem, Einstein, Barbara Marciniak, Barbara Marx, Hubbard, Julio Verne, Martin Luther king, Malala Yousafzai, y todos aquellos que gracias a su trabajo amplían las fronteras de lo creíble y lo posible creando nuevos paradigmas para la humanidad.





La bailarina

Este arquetipo no se relaciona solamente con el baile, sino con el arte y la belleza en general. La bailarina es el arquetipo de la inspiración hecha forma, de algo que desciende a nosotros y que quien lo experimenta devuelve al mundo en forma de cuadro, escultura, música, baile, poesía, canto, arquitectura. Es la experiencia de la creatividad que se recibe como un don y se pone al servicio de los demás a través de la belleza. Para este arquetipo la belleza es sumamente importante, pues es el canal que permite que Ser sea reconocido. Para la bailarina la belleza es el medio de transportar el corazón de nuevo a su fuente; a través del arte bebemos del elixir del amor y recuperamos la memoria de ese lugar más puro, cálido y compasivo al que realmente pertenecemos. La belleza es mucho más que algo bonito o estético, es un portal a la transcendencia.
Todo arte que va más allá de sí mismo es un portal: la poesía es la palabra que va más allá de la palabra, la música es el sonido que va más allá del sonido, el baile es el movimiento que va más allá del cuerpo. A través del arte se manifiesta aquello que no puede ser dicho con las palabras que utilizamos todos los días, aquello que se resiste a ser nombrado porque la experiencia no puede abarcarlo, al Amor como alimento y sustancia de la existencia.
Todo arte que va más allá de sí mismo es el conocimiento de lo sagrado y eterno que hay en el universo y que tiene como su reflejo todo lo sagrado y eterno que hay en cada uno de nosotros.
Si sientes que dentro de ti hay una bailarina haz espacio para esa llama que quiere bailar y vibrar a través de ti. Retírate y deja que mueva tu pluma, el arco de tu violín, tu pincel, tus pies, deja que lo innombrable encuentre en ti un recipiente en el que hacerse materia, manifestación. Deja que el todo se reúna con lo único, lo particular que se expresa por medio de ti. Este movimiento es parte de un baile mayor hacia la apertura, la confianza y el valor. A veces, como artistas tenemos miedo de expresarnos, de no ser comprendidos, de no gustar y entonces nos hacemos pequeños, apagamos la llama, renunciamos a nuestro don. Mostrarnos como realmente somos requiere valor, requiere renunciar a las expectativas y creer en nuestro arte. La bailarina nos invita a cultivar este don y ofrecerlo a los demás, nos invita a ponernos al servicio de ese Amor, más allá de nuestros miedos. En palabras de Benedetti: “defender la alegría”, defender esa belleza que nos permite experimentar la vida como algo con un sentido más grande que la rutina, los problemas, las calamidades a nivel global. Llevas esa belleza dentro de ti porque tú eres esa llama que arde, ese pájaro que en el centro de tu pecho despliega sus alas y canta. Olvida lo que piensen los otros, entra en ti para que tu belleza pueda salir afuera y transformar el mundo.

Personajes: Isadora Duncan, Gustav Klimt, Miguel Ángel, todos los artistas que reciben el mensaje del alma y lo traducen en forma de arte, José Ángel Valente, Caspar David Friedrich, Omar Faruk, Goethe, Frida Kahlo, Ansel Adams, Gaudi, Hundertwasser, Federico garcía Lorca, Lauren Bacall, Georgia O'Keeffe, Victoria Vanadis, Lalita Devi.

¿Quieres venir con nosotros?
No es momento para quedarse en casa,
sino para salir y entregarse al jardín...

ven,
te diré en secreto
Adónde lleva esta danza.



Poema: Rumi (fragmento)




La Maga

La maga es el arquetipo de quien conoce el amor, un amor transcendente, expandido, que abarca toda forma de energía: la tierra, los seres vivos, la materia. Para ella todo tiene conciencia y honra la misión de vida de cada objeto, de cada planta o animal. Para ella hay un alma dentro de todo lo manifestado, y si un objeto cualquiera (un vaso, un plato) y ella se han escogido, cada uno está llamado a aumentar la conciencia del otro; el objeto se transciende al ser utilizado con conciencia para un propósito y la maga encuentra su propia trascendencia al honrar el plano material en el que vive. Por ello, en su vida lo cotidiano es espiritual, las pequeñas acciones de la vida diaria están cargadas de significado.

Si en ti vive una maga, hay en lo que haces una especie de ritual, un reconocimiento de las fuerzas del cosmos operando incluso en los momentos más simples: pelando patatas, barriendo el suelo... así, eres capaz de comunicarte con la energía de las cosas que te rodean y del momento presente. La maga vive en la presencia y toma la decisión diaria de ponerse al servicio de la vida a través de sus actos, sean pequeños o grandes. Asimismo reconoce la calidad del tiempo. Los antiguos griegos y romanos distinguían el tiempo cuantitativo (Cronos) y el tiempo cualitativo (Kairos), al penetrar en el ahora se penetra en la cualidad del tiempo, así la maga siente la energía del amanecer, de la tarde, del crepúsculo, de los días de lluvia y sol, de los cambios estacionales, de los espacios, de los movimientos de la luna y las estrellas, y al reconocerlos, la cualidad del momento le puede ser entregada.
Los actos de la maga comunican la confianza y la alegría en los que ella habita, no cree que algo sea imposible, sino que hay que encontrar otra manera de hacer las cosas. No toma decisiones basándose en la opinión general o en lo que aconsejan en la televisión pues sabe que los actos que se generan desde una conciencia de miedo obtienen resultados diferentes de los actos generados en una vibración de amor.
La maga es una persona que, al igual que todo el mundo, experimenta situaciones difíciles, imprevistos y retos pero ella se coloca en una perspectiva más amplia, la de que el universo tiene un propósito, y todo lo que sucede en el también sirve a un propósito, aunque no se sepa cuál es. Ella también puede tener días malos, cansarse, no entender... y aun así colocarse en una posición de fe en Lo Que Es. Ser maga entraña determinación y amor por una misma, por lo que consideramos defectos así como por nuestras cualidades; la maga no se exige a sí misma perfección, sino aceptación, lucidez y disposición a hacer cambios.

La maga es una persona que ha aceptado ser el recipiente alquímico de la vida, que se haga en ella la voluntad del universo. Se ha arriesgado, ha dado un paso al frente, prescindiendo del “qué dirán”, de las opiniones y miedos ajenos. Algunas magas lo hicieron a pasitos cortos, dudando, otras se lanzaron pero todas en algún momento eligieron el camino del Ser, plantar su raíz en la verdad de sus corazones. Ellas sienten profundamente que están cantando su canción, realizándose, realizando su misión y al entregarse a ella encuentran la plenitud, el gozo más auténtico, la más profunda libertad. Una vez que la maga se ha comprometido en su corazón con un propósito que va más allá de su propio ego, se da la aparente paradoja de que empieza a recibir, de que la vida le devuelve el amor, la confianza y la abundancia que ella ha ido sembrando con sus pensamientos, palabras y actos.
El camino de la maga está lleno de sorpresas, cambios y, por supuesto, magia, hace falta valor para ser una maga, pero quien emprende este viaje nunca vuelve atrás.

Imagen: Patricia Ariel






















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