domingo, 18 de junio de 2017

Recibo el premio de poesía Mujer, Voz y Lucha de la CGT

Es la primera vez (desde el Instituto) que me presento a un concurso de poesía ¡Y he ganado el primer premio!! Afónica y contenta. Curiosamente me he enterado de que el día del fallo del jurado fue el 22 de mayo de este año, 2017, el día que tuve que ir a urgencias y me ingresaron en el hospital, con gran miedo por mi parte. La vida tiene estas cosas singulares, o plurales, no sé cómo llamarlas. A partir de ese día, me he sentido como si estuviera siendo tragada por un agujero cósmico en el que soy una desconocida para mí misma y no sé muy bien a quién pertenece esta piel, estos brazos, esta voluntad. No sé muy bien si esto es morir o renacer, o las dos cosas al mismo tiempo. Sólo se que ha llegado la hora de zarpar, hacia más dentro, siempre.
Cambiando enteramente de registro, creo que hacía años que no venía a Valladolid y me ha hecho ilusión, ha sido como un revival del pasado. Ahora estoy en la hierba, delante de la facultad de derecho y me acuerdo de las muchas veces que he venido en mi adolescencia con mi amiga que estudiaba filosofía en este edificio, y los cachis de cerveza que nos tomábamos en una plaza que hay por aquí abajo con una Iglesia. La antigua, o algo así. En mis años locos me acuerdo de un bar muy cutre. Estaba en el baño y al darle una patada a la taza del váter se me partió en dos y yo ahí, tratando de recomponerlo. No me preguntéis por qué le di una patada, son cosas que se pierden en la noche de los tiempos. Ahora que soy más mayor empiezo a releer libros y a volver a lugares con un poco de nostalgia, como si pudiera verme a mí misma por el ojo de una cerradura. Aquí cerca está también la calle donde hacíamos la formación antes de irme a vivir al Chad y yo cruzaba esta misma plaza y no me acordaba entonces que también yo era la chica de las cervezas la noche antes de coger el autobús Valladolid — Barcelona. Ahora las reúno a todas, en diferentes épocas y circunstancias conmigo, en esta hierba. Y hay un abrazo largo que viene desde muy lejos y nos contiene a todas y confirma nuestra existencia ante el paso del tiempo. Y creo que me voy a por una cerveza...


9 comentarios:

  1. Felicidades artistaza!! Un besazo enorme

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  2. Felicidades!!!!! Apasionada con lo que vives y lo que cuentas...una crack

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    1. ¡¡Mil gracias!! Y muchas más por leerme!! Besos y pasion.

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  3. Enhorabuena por un reconocimiento más que merecido^^

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    1. ¡¡Muchísimas gracias!! Me hizo mucha ilusión y lo pasé muy bien. Beeeso :-)

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  4. Es llamativo,como mínimo,ese contraste de un problema de salud y un premio,a la vez.
    Cómo se puede trenzar la sombra y la luz,arriba y abajo,como el conocido símbolo del yin y el yan,donde,compenetrandose,el uno contiene al otro para formar un todo perfecto.
    Seguramente aquel día 22 contenía una clave,una puerta...
    ..Que me recuerda a la que abrió una tal Alicia.

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    1. Qué bonito lo que dices, sí, el 22, un número maestro, un portal, otro comienzo. Alicia sabía mucho de claves y de abrir puertas a otros mundos, que siga la aventura :-)

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