jueves, 19 de noviembre de 2015

Mis Arquetipos de Poder: la Mujer Salvaje

LA MUJER SALVAJE

Para mí este es un arquetipo de gran belleza porque nos devuelve a nuestra verdadera esencia.

La mujer salvaje es aquella que ha aprendido a amar su cuerpo, pues es consciente de que, más allá de nuestro aspecto físico, el cuerpo es portador de información y al escucharlo podemos recibir mensajes tanto de nuestro inconsciente -referentes a nuestra salud, a nuestros sentimientos más profundos, a la forma en que tomamos decisiones- como del universo que nos rodea. La mujer salvaje vive en el presente porque ha comprendido la importancia de habitar, aceptar y amar su cuerpo. El cuerpo de una mujer salvaje no tiene que acomodarse a los cánones de belleza, ella no está interesada en esos conceptos, pero sí es consciente de su manera de caminar por el mundo, de su postura, que siempre refleja esa dignidad que siente hacia sí misma, de su respiración, de sus movimientos...
Asimismo es consciente de la importancia del deporte, el movimiento, para mantener un cuerpo ágil y flexible, así como de la alimentación y el descanso, necesarios para sentirse vibrante y llena de energía. Si necesitas integrar a la mujer salvaje en tu vida empieza por cambiar tus hábitos alimenticios, conéctate con tu cuerpo y dirígete a él con cariño, comunícate con tus células, haz deporte, baile, yoga, masajes o camina por el campo. Este arquetipo está profundamente ligado a la naturaleza. Si eres una mujer salvaje necesitas pasar tiempo en la naturaleza, caminar descalza a la orilla del mar, trepar árboles, nadar, subir montañas, meditar ante una puesta de sol, dormir desnuda a la luz de la luna... sientes que eres parte de la naturaleza y esa comunión alimenta tu espíritu y te da fuerza.
En la naturaleza nuestros hemisferios derecho e izquierdo se alinean y amplían nuestra capacidad de recibir información. La mujer salvaje está naturalmente conectada a su intuición ya que se ofrece el regalo de la soledad y la quietud en la que es posible escuchar la suave voz que habla en lo más hondo de nosotros. Esta intuición actúa en ella como una brújula que la ayuda a conducirse en su vida y tomar decisiones que emanan de un conocimiento más profundo y certero que aquellas tomadas únicamente desde la cabeza. La mujer salvaje crea su propio nido, tanto en la naturaleza como en su hogar, lo que la protege del ruido exterior, la discordia y la manipulación de medios de comunicación. Cierto que también tiene que ocuparse de los asuntos del mundo material, pero lo hace desde el plano de esa conexión íntima y verdadera con lo natural.
Esa conexión con lo esencial le permite desvincularse de las necesidades del ego: un coche más grande, una casa más grande, aparatos modernos o pasar tiempo comprando y acumulando más ropa. La mujer salvaje es coherente con lo que ha elegido vivir, es decir, en la esencia, no en la superficie, esto le permite dedicar más tiempo a las cosas que verdaderamente la importan, la nutren y la hacen crecer. Suele ser una mujer sonriente, alegre y al mismo tiempo alguien que sostiene y acoge en sí los ritmos de la vida, por lo que puede necesitar un tiempo dedicado al silencio, a estar consigo misma. Este movimiento cíclico le permite equilibrarse y experimentar los cambios con mayor aceptación: el paso de las estaciones, las transformaciones de una etapa a otra de la vida... ella sabe que nunca se pierde nada, que el frío del invierno dará paso a otra primavera, que vamos de la tristeza a una renovada alegría y que la ancianidad contiene en sí todo lo vivido.

De la misma manera puede conectarse fácilmente con plantas y animales porque se permite ser instintiva y porque honra todas las manifestaciones de la vida sobre la tierra. Si eres una mujer salvaje probablemente estés rodeada de perros o gatos, o vivas en un entorno rural, o en la ciudad, pero acompañada de flores y piedras. Sientes muy dentro de ti ese amor de la Madre Tierra hacia nosotros y hacia toda la vida, puede que tú misma seas madre o nutras de una u otra manera a otras personas, animales o plantas.
Si este arquetipo ha despertado algo en ti, permítete bailar desnuda (o cocinar desnuda, leer desnuda), permítete el lujo de la soledad y el silencio, permítete gritar, abrir los brazos, correr, salir al campo y empezar a sentir tu cuerpo con el corazón.

Personajes: Jane Goodall, Diane Fossey, Biruté Galdikas, todas ellas estudiosas de los primates y grandes amantes de la naturaleza, Pocahontas, Clara y Francisco de Asís, James Lovelock, que popularizó en el mundo occidental la idea de Gaia, la Tierra como organismo inteligente, Relmu Ñamku, que fue llevada a juicio por defender sus tierras frente a una petrolera, el Consejo de las Trece Abuelas y todos los pueblos indígenas que honran a nuestra Madre Tierra.

Texto: Brunhilde Román Ibáñez

Créditos de la imagen de Relmu Ñamku: desconocido





2 comentarios:

  1. Viva la mujer salvaje!nuestro origen y destino.
    La que espera ser despertada.
    Eres el mejor exponente que conozco.
    Gracias!

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  2. ¡¡Mil, mil gracias por tus bellas palabras!! Todas estamos en el camino de lo salvaje, reconozcámonos.

    Un gran beso

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