Ay del corazón
A las aladas almas de las rosas
Miguel Hernández
A Diana
Ay del corazón que no desborda
ay del corazón que no alza el vuelo
que no sostiene la risa, el mar, la rosa, el mundo
que no mira a la muerte, al sol al mismo ser
la embravecida carne
el ave luminosa
y el milagro
Ay del corazón que no resuena
con la garganta henchida de amapolas
de estrellas que cantan en la tarde lejana
de la boca cierta que esculpe tu voz en mi silencio
Yo miraré a los ojos
a las almas heladas, a las armas
que sin amor vierten sus días a las sombras
del derrotado cuerpo,
a la estéril mentira
al poder que no es poder sino miseria.
Ay del corazón que no ha bebido
del cuenco sagrado de la vida
el pálpito encendido
la verdadera luz en la piel que se ama
y que nos ama
cuenco generoso de la sangre que lucha y ríe y canta
de la savia que sube por los brazos unidos
del amor que nos llena la espalda
de trigo cereal, pan de lo humano,
de las alas las manos del azul la esperanza
Ay del corazón que no desborde
Poema ganador del primer premio en el III Certamen de Poesía, concedido por la Asociación Cultural Floridablanca de El Escorial en octubre de 2025.
