Por supuesto tenía que ponerlo por aquí, el poema que Alberto dedica a mi libro, Animal Profundo. Con la misma fiereza y sensibilidad, con la misma búsqueda y el mismo sobrecogimiento. Por el amor a la palabra, al verso que nos lleva más allá de lo decible.
Te
conviertes
en
todas las mujeres
y
en todas las diosas,
miras
hacia dentro
ofreciéndonos
toda tu luz,
y
recoges en tus versos
la
historia y los sentidos.
Sí,
eres la lluvia,
y
la penumbra,
y
la tierra húmeda,
y
el rocío cuando tiembla,
la
luna que se oculta tras las nubes, pero que siempre está.
Has
entendido el rumor del agua,
la
mano del espejo que nos acaricia,
y
perdura la voz,
irrumpes
en mi tarde sosegada.
Has
entrado sin llamar,
casi
no me daba cuenta de que estabas,
te
leía medio adormilado,
hasta
que me empezó a ser imprescindible tu presencia,
tus
versos,
tu
“animal profundo”.
“Aún
estalla tu luz en mi retina”,
lo
que hay más allá del silencio,
y
aunque digas que lo haces rutinariamente,
esculpes
los sueños
sin
importarte su final.
Aúllas
desde el mar y desde la sangre,
que
es una forma de llanto,
y
de camino hacia la libertad de la noche
donde
todo puede ser.
“Vas
callando hacia dentro”
y
te escucho bailando en las hogueras
con
tu voz poniéndose en pie,
con
la palabra perpetuándose,
con
la palabra “abierta entre las manos”
y
cuando solo quede una
que
se confunda con un grito.
No,
tu poesía no es una enfermedad incomprendida,
te
juegas la piel en cada verso
y
nos haces volver de lo imposible
hasta
que “el silencio
alcanza
su secreta resonancia”
y
ya tu voz, tu lamento, tu respirar,
está
en cada diosa
que
nos habita.
Alberto
Morate
Y otro poema, también de Alberto, cuerpo al filo del alba, en el deseo de más vida, de saciarse en un amor sin fronteras. Quedarnos, explorar los territorios de lo desconocido en el cuerpo amado, en el alma que ríe y se desnuda sin prisas. Conocer en la fuerza original de la caricia en la que podemos ser, simplemente, desde el gozo y su verdad.
Ser
visible y no estar cerca,
estar
vivos y parecer espíritus en la niebla.
Me
conozco ya de tu interior algunos páramos,
pero
juntos hemos abierto veredas,
alianzas
emocionales,
estrellas
comunes, experiencias.
Nos
falta una posible unión
que
llegará un día cualquiera.
No
hay prisa en este mar,
en
este bosque de letras,
hemos
entrado gratuitamente,
sin
visados ni documentación en regla,
en
la vida uno del otro,
y
te sueño mientras duermes,
y
te desvelas al notar mi presencia.
Somos
dos cuerpos
sin
límites,
una
línea de ida y vuelta,
y
no buscamos la salida,
queremos
quedarnos a vivir en ella.
del poemario "En
Un Momento"
Alberto Morate es poeta y dramaturgo, profesor y seguramente varias cosas más que no sabemos. Lo podéis encontrar en albertomorate.com, en facebook (Alberto Morate) y en cualquiera de los poemarios donde cohabita felizmente con su palabra desde hace muchos años.
El retrato es de Carmen Okamika Garabilla.
Toda la razón tiene Alberto; así es "Animal profundo" y así es quien lo ha escrito. ¡Felicidades, Brunhilde!
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias querida!!! Pues sí, nos queda el verso, lo animal, lo humano. Abrazo enorme. Muuuaaaakaaaa
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