Pongo aquí juntos los arquetipos para que puedan leerse más fácilmente.
ARQUETIPOS DE PODER
Los arquetipos son un
camino de vuelta al ser, nos guían durante las distintas etapas de
nuestra vida y nos proporcionan la clave de nuestro poder interior:
de ellos extraemos la fuerza que nos hace falta en los momentos
difíciles y nos sostienen. Nos recuerdan cuál es nuestra misión y
cómo seguir adelante con valor y determinación. Los arquetipos nos
proporcionan una energía que sabemos que siempre ha estado allí
porque desde una temprana edad nos identificamos con ellos, o se
activan durante una determinada fase de nuestras vidas, o puede que
existan como sombra, es decir, constituyen lo que creemos que no
somos pero nos gustaría ser. El arquetipo nos anima a encarnar ese
potencial, aquello a lo que aspiramos pero todavía no hemos
interiorizado para empezar a vivirlo desde dentro e incorporarlo a
nuestra personalidad..
LA EXPLORADORA
Este es uno de los
arquetipos que más me ha influido, le tengo un cariño especial
porque la exploradora representa el espíritu de conocer y
relacionarse a través del viaje, del encuentro y del aprendizaje.
Para una exploradora viajar no es simplemente desplazarse de un lugar
a otro. Ya sea en avión, en coche, en tren o a caballo todo viaje es
parte de una aventura iniciática, de un entrar en lo desconocido,
arriesgarte para salir de la experiencia con un mayor conocimiento de
ti misma y del mundo.
Este arquetipo expresa la
curiosidad, el asombro, la maravilla de explorar, de reconocerse a
través de otros rostros, paisajes y culturas, el amor por el
conocimiento de primera mano más allá de la especulación
filosófica. Si eres una exploradora reconoces que no puedes tenerlo
todo controlado y que la vida te sorprende a cada paso. Tal vez
pierdas tu vuelo, o se produzca un encuentro inesperado, o tengas que
cambiar tus planes en el último momento. Y todo esto se convierte en
una experiencia de gran potencial transformador: consiste en aceptar
la vida tal y como es, apreciar su diversidad y las diferentes
experiencias sin querer que sean buenas o malas, simplemente asumes
que eres el personaje principal de tu propia historia o mito y que
todas las experiencias que vives te sirven en tu camino de
exploración.
También eres capaz de
hacer frente a la soledad y a la inseguridad. Este arquetipo te
enseña a utilizar tus propios recursos y a confiar en la vida. Te
puedes encontrar en un país cuya lengua no hablas, o perderte, o
quedarte sin dinero lejos de amigos y familia y sentirte
completamente sola. La exploradora te enseña que puedes salir
adelante y que nunca estás realmente sola, tu guía interior te
ayuda a encontrar soluciones y a acercarte a otras personas cuando
necesitas pedir ayuda. Asimismo te enseña a abrir tu mente ante
otras realidades y modos de vida y a considerarte parte de la gran
familia humana más que encasillarte en una nacionalidad, raza o
credo.
Si necesitas cultivar la
confianza, o crear una sensación de aventura en tu vida, pídele a
la exploradora que manifieste su energía en ti. Cuando contemples la
vida como un viaje y cada viaje como una pequeña vida o una pequeña
historia las sincronías empezarán a formar parte de ella.
Encontrarás a la persona adecuada cuando te pierdas en una ciudad
desconocida, o aparecerá ayuda inesperada cuando llegues por la
noche a una ciudad sin haber reservado hotel y no haya alojamiento
disponible. También serás capaz de sacar nuevas fuerzas de la
soledad y considerar tu vida desde una dimensión más amplia.
Personajes: la historia y
la literatura abundan en personajes reales o ficticios que encarnan
este arquetipo, por ejemplo, Indiana Jones, Lara Croft, Marco Polo,
Jeanne Baret, Gertrude Bell y mi favorita: Alexandra David Neel,
viajera intrépida y apasionada, fue la primera occidental en llegar
a Lhasa, estudió con los monjes budistas y dedicó su vida a ampliar
el conocimiento y a acercar el pensamiento budista a occidente. “Para
aquel que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y
vagabunda es una auténtica gloria”, decía.
LA SABIA
Este es un arquetipo muy
valioso para mí porque nos devuelve a la curiosidad de la infancia
con la experiencia de todo lo vivido como adultos.
Como sabia puedes haber
pasado gran parte de tu vida buscando el conocimiento, haciéndote
preguntas, indagando. La sabia observa el mundo a su alrededor con
sus circunstancias, lo que parece injusto o extraño y quier
comprender, absorber. Si sientes este arquetipo en ti, manifiestas
una gran curiosidad por lo que te rodea, un ansia de ir más allá y
una enorme pasión por la vida y sus manifestaciones. Amas el mundo y
todo lo que contiene en sí de misterioso y desconocido.
Muchas personas con este
arquetipo pasan gran parte de su vida dedicadas al mundo intelectual,
viviendo desde la mente, estudiando teorías y a veces encerradas en
una torre de marfil. Su gran deseo de aprender y su pasión por el
saber puede hacer que se alejen de lo cotidiano durante parte de su
vida. Sin embargo, si este es tu arquetipo, en algún momento de tu
vida te haces consciente de que el conocimiento tiene que llegar al
corazón, que la verdadera sabiduría no es simplemente adquirir
datos, sino ponerlos al servicio de algo más grande, puesto que
sabiduría es conocimiento que ha pasado al corazón a través de la
mente. Te haces sabia a través de la compasión y de la empatía con
tus semejantes, utilizando tu curiosidad y tu enorme conocimiento
para que la humanidad o simplemente las personas más cercanas a ti
puedan despertar a una mayor conciencia.
La sabia también nos
recuerda que “mi verdad no es la verdad absoluta, sino aquello que
es cierto para mí en este momento de mi vida”, la sabia no es
prisionera de los dogmas, de las certezas o de lo que “debe ser”,
sino que ve “lo que es” y actúa a partir de ello, con la
creencia de que el conocimiento siempre se expande y que las
limitaciones que le pongamos son realmente nuestras propias
limitaciones. El arquetipo de la sabia nos enseña a vivir desde la
humildad al darnos cuenta de que hay otras perspectivas que también
son válidas y a cultivar la paciencia y la compasión con quien
creemos que sabe menos que nosotros: ella sabe que en algún momento
también estuvo allí, también experimentó la ignorancia, la
soberbia, las limitaciones auto-impuestas y la cerrazón a un punto
de vista.
Cuando este arquetipo se
manifiesta, nos enseña a vivir desde la coherencia con nuestra
verdad. Has vivido muchas experiencias, algunas las has catalogado
como “buenas” o “malas”, pero siempre, a través de ellas,
has experimentado, has conocido y has llegado a conclusiones sobre ti
misma y sobre la vida. Ese experimentar quien eres a través de la
experiencia ha hecho que elabores una serie de principios sobre lo
que funciona para ti y cómo quieres vivir, son la afirmación de tu
yo en el mundo, y vivir de acuerdo con esos principios es esencial
para ti, como también lo es defender esas convicciones. Al igual que
respetas puntos de vista que no compartes necesariamente, también
pides el mismo respeto para los tuyos.
Si necesitas creer en ti,
en tu verdad, desde el respeto y la compasión, pide a la sabia que
active en ti su energía de firmeza compasiva. A través del
conocimiento amoroso puedes llegar a muchos otros porque el mundo
necesita hoy esa energía: la expansión del saber vinculada a lo
pequeño, a lo humano, a los sentimientos, es decir, a lo que hace de
la Humanidad un gran todo en el que todos nos reconocemos como
espejos de los otros y somos necesarios. La sabia nos lleva más allá
de nuestros pequeños odios personales porque comprende que en algún
momento de nuestra existencia todos nos hemos dejado llevar por la
envidia, el miedo, la ira... pero que eso ya no es lo que nos anima a
seguir porque hemos aprendido a sentir la vida desde una perspectiva
más amplia.
Personajes: algunos de
mis favoritos están aquí, el Fausto de Goethe y sus conversaciones
con Mefistófeles, buscaba el conocimiento en los libros, pero
comprendió a través del amor. Galileo Galilei (eppure si muove),
María Profetisa y mi querida Hipatia de Alejandría, sobre cuya vida
se hizo la película “Ágora”. Ella buscó el saber para hermanar
al mundo y elevar la conciencia del ser humano. En sus propias
palabras: “La vida es un desplegamiento, y cuanto más lejos
viajamos mayor es la verdad que podemos abarcar. Comprender las cosas
que nos rodean es la mejor preparación para comprender las cosas que
hay más allá”.
LA
INSPIRADORA
Las
inspiradoras pueden provenir de dos historias de vida diferentes.
En la
primera has venido a este mundo consciente de todos los dones que has
recibido, desbordas de optimismo, compasión y confianza, y sientes
el deseo de compartirlos con los demás. Tu vida no ha sido
necesariamente fácil, pero desde muy pequeña has experimentado una
creencia básica: “de todo se puede salir” y “hay que creer”.
Tu naturaleza es expansiva, reconoces el brillo en ti y deseas verlo
en los demás, tu corazón generoso contempla la belleza en las demás
personas y deseas que ellas también sean capaces de reconocer su
propia belleza y sus talentos.
En la
segunda el escenario es completamente distinto. Has podido llegar a
la vida sintiéndote desprotegida; muchas veces, las circunstancias
te han hecho percibirte a ti misma como víctima bien sea porque
desde una tierna edad hayas estado expuesta a conflictos, pérdidas,
abusos o violencia. Tus creencias más profundas eran invalidantes:
“no sé”, “no puedo”, “no valgo”. A lo largo de tu vida
has realizado un viaje de transformación en el que has profundizado
en tus miedos y has logrado sanar heridas, eso te ha convertido en
una persona compasiva y capaz de entender el sufrimiento. Has llegado
a un punto en el que puedes servir como modelo a otras personas que
están pasando por lo que tu pasaste. El regalo que ofreces a la vida
es tu experiencia sanada, la alquimia de la realidad transformada:
conoce el miedo, elige el amor.
La
inspiradora es una persona conectada a su pasión, centrada,
entregada a la realización personal, vive en un mundo vibrante,
lleno de posibilidades, en el que es posible arriesgarse cuando se
sigue la llamada del corazón. Si sientes que hay una inspiradora en
ti, has venido al mundo o has descubierto en algún momento un
sentido de “misión”, algo así como una tarea que no se siente
como un trabajo sino como una vocación, es algo en ti que te conduce
a descubrir y a conocer, pero sobre todo a irradiar. Tienes el
convencimiento de que lo que haces no lo haces sólo para ti, sientes
que eres un transmisor, un canal, un catalizador. Tu noción del
servicio a la vida te lleva a compartir, puede que te dediques a la
enseñanza, a trabajar como coach, a cualquier otra profesión en la
que puedas inspirar, alentar y acompañar a otras personas en su
viaje de autodescubrimiento.
Tú,
que has conocido el dolor y a través de él el amor, o que desde muy
temprano experimentaste la maravilla de la vida, o ambos a la vez,
comprendes que al manifestar eso que tú eres das a los demás la
posibilidad de verse como quien realmente son, tu presencia empodera
porque al dirigirte a la esencia de la persona la permites liberarse
de sus propios de juicios. Esto no significa que no pases momentos de
enfado, miedo o tristeza, sino que, desde la humildad, has encontrado
la voz que permite que la vida se exprese a través de ti, y este
conocimiento te llena de gozo que deseas repartir. Tampoco consideras
que debas salvar a nadie, ni siquiera ayudarles, simplemente dejas
que esa Presencia toque sus corazones; permitiéndote tu propia
apertura permites que ésta encuentra un eco en el que otros pueden
reconocerse si así lo desean.
Personajes:
Juana de Arco, en cuyo corazón sonaba la libertad, Oprah Winfrey,
que conoció pobreza y abusos y eligió exponer sus heridas para
mostrar que es posible creer en la Vida, Gandhi, quien en “Todos
los Hombres son Hermanos” expresó: “mi tarea habrá terminado si
logro convencer a la humanidad de que cada hombre o cada mujer, sea
cual fuere su fuerza física, es el guardián de su libertad.”
Louise Hay, que, al igual que Oprah experimentó circunstancias muy
duras que le permitieron convertirse en una gran maestra. Y todas las
personas desconocidas que en algún lugar del mundo eligen el amor en
las situaciones más adversas.
LA
MUJER SALVAJE
Palabras
clave: intuición, aceptación, conexión con la Tierra
Para
mí este es un arquetipo de gran belleza porque nos devuelve a
nuestra verdadera esencia.
La
mujer salvaje es aquella que ha aprendido a amar su cuerpo, pues es
consciente de que, más allá de nuestro aspecto físico, el cuerpo
es portador de información y al escucharlo podemos recibir mensajes
tanto de nuestro inconsciente -referentes a nuestra salud, a nuestros
sentimientos más profundos, a la forma en que tomamos decisiones-
como del universo que nos rodea. La mujer salvaje vive en el presente
porque ha comprendido la importancia de habitar, aceptar y amar su
cuerpo. El cuerpo de una mujer salvaje no tiene que acomodarse a los
cánones de belleza, ella no está interesada en esos conceptos, pero
sí es consciente de su manera de caminar por el mundo, de su
postura, que siempre refleja esa dignidad que siente hacia sí misma,
de su respiración, de sus movimientos...
Asimismo
es consciente de la importancia del deporte, el movimiento, para
mantener un cuerpo ágil y flexible, así como de la alimentación y
el descanso, necesarios para sentirse vibrante y llena de energía.
Si necesitas integrar a la mujer salvaje en tu vida empieza por
cambiar tus hábitos alimenticios, conéctate con tu cuerpo y
dirígete a él con cariño, comunícate con tus células, haz
deporte, baile, yoga, masajes o camina por el campo. Este arquetipo
está profundamente ligado a la naturaleza. Si eres una mujer salvaje
necesitas pasar tiempo en la naturaleza, caminar descalza a la orilla
del mar, trepar árboles, nadar, subir montañas, meditar ante una
puesta de sol, dormir desnuda a la luz de la luna... sientes que eres
parte de la naturaleza y esa comunión alimenta tu espíritu y te da
fuerza.
En la
naturaleza nuestros hemisferios derecho e izquierdo se alinean y
amplían nuestra capacidad de recibir información. La mujer salvaje
está naturalmente conectada a su intuición ya que se ofrece el
regalo de la soledad y la quietud en la que es posible escuchar la
suave voz que habla en lo más hondo de nosotros. Esta intuición
actúa en ella como una brújula que la ayuda a conducirse en su vida
y tomar decisiones que emanan de un conocimiento más profundo y
certero que aquellas tomadas únicamente desde la cabeza. La mujer
salvaje crea su propio nido, tanto en la naturaleza como en su hogar,
lo que la protege del ruido exterior, la discordia y la manipulación
de medios de comunicación. Cierto que también tiene que ocuparse de
los asuntos del mundo material, pero lo hace desde el plano de esa
conexión íntima y verdadera con lo natural.
Esa
conexión con lo esencial le permite desvincularse de las
necesidades del ego: un coche más grande, una casa más grande,
aparatos modernos o pasar tiempo comprando y acumulando más ropa. La
mujer salvaje es coherente con lo que ha elegido vivir, es decir, en
la esencia, no en la superficie, esto le permite dedicar más tiempo
a las cosas que verdaderamente la importan, la nutren y la hacen
crecer. Suele ser una mujer sonriente, alegre y al mismo tiempo
alguien que sostiene y acoge en sí los ritmos de la vida, por lo que
puede necesitar un tiempo dedicado al silencio, a estar consigo
misma. Este movimiento cíclico le permite equilibrarse y
experimentar los cambios con mayor aceptación: el paso de las
estaciones, las transformaciones de una etapa a otra de la vida...
ella sabe que nunca se pierde nada, que el frío del invierno dará
paso a otra primavera, que vamos de la tristeza a una renovada
alegría y que la ancianidad contiene en sí todo lo vivido.
De la
misma manera puede conectarse fácilmente con plantas y animales
porque se permite ser instintiva y porque honra todas las
manifestaciones de la vida sobre la tierra. Si eres una mujer salvaje
probablemente estés rodeada de perros o gatos, o vivas en un entorno
rural, o en la ciudad, pero acompañada de flores y piedras. Sientes
muy dentro de ti ese amor de la Madre Tierra hacia nosotros y hacia
toda la vida, puede que tú misma seas madre o nutras de una u otra
manera a otras personas, animales o plantas.
Si
este arquetipo ha despertado algo en ti, permítete bailar desnuda (o
cocinar desnuda, leer desnuda), permítete el lujo de la soledad y el
silencio, permítete gritar, abrir los brazos, correr, salir al campo
y empezar a sentir tu cuerpo con el corazón.
Personajes:
Jane Goodall, Diane Fossey, Biruté Galdikas, todas ellas estudiosas
de los primates y grandes amantes de la naturaleza, Pocahontas, Clara
y Francisco de Asís, James Lovelock, que popularizó en el mundo
occidental la idea de Gaia, la Tierra como organismo inteligente, el
Consejo de las Trece Abuelas y todos los pueblos indígenas que
honran a nuestra Madre Tierra.
LA
VISIONARIA
Sostienes
una visión referente al futuro de la humanidad, a sus inmensas
posibilidades y a su evolución. Vives y disfrutas del presente al
tiempo que te proyectas a un futuro más pacífico, bondadoso y
humano. Como visionaria tomas parte activa en la construcción de ese
futuro, no permites que sean sólo los políticos, jefes o personas
“importantes” los que tomen las decisiones. Te responsabilizas de
tu propia vida y de tus acciones y participas en la toma de
conciencia global sobre numerosos temas: los derechos humanos, el
reciclaje, la educación, las cuestiones de género, las minorías,
las energías alternativas... Todas las inmensas posibilidades que
alberga nuestro planeta te llaman la atención y te impulsan a
contribuir a favor de esa energía vibrante y nueva.
Una
visionaria no pierde el tiempo en quejas, críticas y lamentos sobre
todo lo que va mal pues sabe que todo cambio es primero un cambio de
conciencia en el interior de cada persona. La visionaria observa lo
que es y se concentra en lo que podría ser.
Si
sientes que hay en ti una visionaria, eres consciente del poder de la
intención y proyectas aquello que deseas ser, hacer o tener sin
quedarte aprisionada por imágenes de impotencia y miedo; puesto que
has experimentado tu propio poder interior, sabes que el impacto de
una sola persona, aportando su granito de arena día a día, provoca
un efecto onda y llega a otras personas de modos que a veces ni
siquiera conocemos.
A la
visionaria le apasionan las capacidades de la mente y las
posibilidades de la tecnología al tiempo que siente empatía por
nuestro planeta y sus criaturas y se maravilla ante la inmensa
capacidad de la Tierra para producir alternativas y crear. La
visionaria se siente atraída por la ciencia ficción, las
posibilidades de vida en otros planetas, el pasado de la Tierra, los
universos paralelos, los estados ampliados de conciencia y a veces
siente una añoranza de algo que no sabe muy bien qué es cuando por
las noches contempla el vasto cielo estrellado.
Si
te sientes llamada a encarnar este arquetipo puedes colaborar con
alguna organización. Siéntete en comunidad con personas que
comparten tus intereses y experimenta la magia de la acción
colectiva concentrada, movilízate por una causa más allá de las
necesidades de tu ego, siempre desde la conciencia de que la realidad
exterior es la proyección de lo que existe en nosotros “como es
arriba es abajo, como es dentro es fuera”. Ya no buscas víctimas
ni culpables sino que, centrada en tu intención, te enfocas en en
ella desde tu corazón uniéndola con otros corazones hacia otro
futuro posible. Una de mis frases visionarias favoritas es ésta de
George Bernard Shaw:
“Hay
quienes miran lo que es y se preguntan ¿por qué? Y luego están
aquellos que miran lo que podría ser y se preguntan ¿por qué no?”
Personajes,
George Bernard Shaw, por supuesto, Gregg Bradden, Gloria Steinem,
Einstein, Barbara Marciniak, Barbara Marx, Hubbard, Julio Verne,
Martin Luther king, Malala Yousafzai, y todos aquellos que gracias a
su trabajo amplían las fronteras de lo creíble y lo posible creando
nuevos paradigmas para la humanidad.
La
bailarina
Este
arquetipo no se relaciona solamente con el baile, sino con el arte y
la belleza en general. La bailarina es el arquetipo de la inspiración
hecha forma, de algo que desciende a nosotros y que quien lo
experimenta devuelve al mundo en forma de cuadro, escultura, música,
baile, poesía, canto, arquitectura. Es la experiencia de la
creatividad que se recibe como un don y se pone al servicio de los
demás a través de la belleza. Para este arquetipo la belleza es
sumamente importante, pues es el canal que permite que Ser sea
reconocido. Para la bailarina la belleza es el medio de transportar
el corazón de nuevo a su fuente; a través del arte bebemos del
elixir del amor y recuperamos la memoria de ese lugar más puro,
cálido y compasivo al que realmente pertenecemos. La belleza es
mucho más que algo bonito o estético, es un portal a la
transcendencia.
Todo
arte que va más allá de sí mismo es un portal: la poesía es la
palabra que va más allá de la palabra, la música es el sonido que
va más allá del sonido, el baile es el movimiento que va más allá
del cuerpo. A través del arte se manifiesta aquello que no puede ser
dicho con las palabras que utilizamos todos los días, aquello que se
resiste a ser nombrado porque la experiencia no puede abarcarlo, al
Amor como alimento y sustancia de la existencia.
Todo
arte que va más allá de sí mismo es el conocimiento de lo sagrado
y eterno que hay en el universo y que tiene como su reflejo todo lo
sagrado y eterno que hay en cada uno de nosotros.
Si
sientes que dentro de ti hay una bailarina haz espacio para esa llama
que quiere bailar y vibrar a través de ti. Retírate y deja que
mueva tu pluma, el arco de tu violín, tu pincel, tus pies, deja que
lo innombrable encuentre en ti un recipiente en el que hacerse
materia, manifestación. Deja que el todo se reúna con lo único, lo
particular que se expresa por medio de ti. Este movimiento es parte
de un baile mayor hacia la apertura, la confianza y el valor. A
veces, como artistas tenemos miedo de expresarnos, de no ser
comprendidos, de no gustar y entonces nos hacemos pequeños, apagamos
la llama, renunciamos a nuestro don. Mostrarnos como realmente somos
requiere valor, requiere renunciar a las expectativas y creer en
nuestro arte. La bailarina nos invita a cultivar este don y ofrecerlo
a los demás, nos invita a ponernos al servicio de ese Amor, más
allá de nuestros miedos. En palabras de Benedetti: “defender la
alegría”, defender esa belleza que nos permite experimentar la
vida como algo con un sentido más grande que la rutina, los
problemas, las calamidades a nivel global. Llevas esa belleza dentro
de ti porque tú eres esa llama que arde, ese pájaro que en el
centro de tu pecho despliega sus alas y canta. Olvida lo que piensen
los otros, entra en ti para que tu belleza pueda salir afuera y
transformar el mundo.
Personajes:
Isadora Duncan, Gustav Klimt, Miguel Ángel, todos los artistas que
reciben el mensaje del alma y lo traducen en forma de arte, José
Ángel Valente, Caspar David Friedrich, Omar Faruk, Goethe, Frida
Kahlo, Ansel Adams, Gaudi, Hundertwasser, Federico garcía Lorca,
Lauren Bacall, Georgia O'Keeffe, Victoria Vanadis, Lalita Devi.
¿Quieres
venir con nosotros?
No
es momento para quedarse en casa,
sino
para salir y entregarse al jardín...
ven,
te
diré en secreto
Adónde
lleva esta danza.
Poema:
Rumi (fragmento)
Foto:
www.sarasvati.com
La
Maga
La
maga es el arquetipo de quien conoce el amor, un amor transcendente,
expandido, que abarca toda forma de energía: la tierra, los seres
vivos, la materia. Para ella todo tiene conciencia y honra la misión
de vida de cada objeto, de cada planta o animal. Para ella hay un
alma dentro de todo lo manifestado, y si un objeto cualquiera (un
vaso, un plato) y ella se han escogido, cada uno está llamado a
aumentar la conciencia del otro; el objeto se transciende al ser
utilizado con conciencia para un propósito y la maga encuentra su
propia trascendencia al honrar el plano material en el que vive. Por
ello, en su vida lo cotidiano es espiritual, las pequeñas acciones
de la vida diaria están cargadas de significado.
Si
en ti vive una maga, hay en lo que haces una especie de ritual, un
reconocimiento de las fuerzas del cosmos operando incluso en los
momentos más simples: pelando patatas, barriendo el suelo... así,
eres capaz de comunicarte con la energía de las cosas que te rodean
y del momento presente. La maga vive en la presencia y toma la
decisión diaria de ponerse al servicio de la vida a través de sus
actos, sean pequeños o grandes. Asimismo reconoce la calidad del
tiempo. Los antiguos griegos y romanos distinguían el tiempo
cuantitativo (Cronos) y el tiempo cualitativo (Kairos), al penetrar
en el ahora se penetra en la cualidad del tiempo, así la maga siente
la energía del amanecer, de la tarde, del crepúsculo, de los días
de lluvia y sol, de los cambios estacionales, de los espacios, de los
movimientos de la luna y las estrellas, y al reconocerlos, la
cualidad del momento le puede ser entregada.
Los
actos de la maga comunican la confianza y la alegría en los que ella
habita, no cree que algo sea imposible, sino que hay que encontrar
otra manera de hacer las cosas. No toma decisiones basándose en la
opinión general o en lo que aconsejan en la televisión pues sabe
que los actos que se generan desde una conciencia de miedo obtienen
resultados diferentes de los actos generados en una vibración de
amor.
La
maga es una persona que, al igual que todo el mundo, experimenta
situaciones difíciles, imprevistos y retos pero ella se coloca en
una perspectiva más amplia, la de que el universo tiene un
propósito, y todo lo que sucede en el también sirve a un propósito,
aunque no se sepa cuál es. Ella también puede tener días malos,
cansarse, no entender... y aun así colocarse en una posición de fe
en Lo Que Es. Ser maga entraña determinación y amor por una misma,
por lo que consideramos defectos así como por nuestras cualidades;
la maga no se exige a sí misma perfección, sino aceptación,
lucidez y disposición a hacer cambios.
La
maga es una persona que ha aceptado ser el recipiente alquímico de
la vida, que se haga en ella la voluntad del universo. Se ha
arriesgado, ha dado un paso al frente, prescindiendo del “qué
dirán”, de las opiniones y miedos ajenos. Algunas magas lo
hicieron a pasitos cortos, dudando, otras se lanzaron pero todas en
algún momento eligieron el camino del Ser, plantar su raíz en la
verdad de sus corazones. Ellas sienten profundamente que están
cantando su canción, realizándose, realizando su misión y al
entregarse a ella encuentran la plenitud, el gozo más auténtico, la
más profunda libertad. Una vez que la maga se ha comprometido en su
corazón con un propósito que va más allá de su propio ego, se da
la aparente paradoja de que empieza a recibir, de que la vida le
devuelve el amor, la confianza y la abundancia que ella ha ido
sembrando con sus pensamientos, palabras y actos.
El
camino de la maga está lleno de sorpresas, cambios y, por supuesto,
magia, hace falta valor para ser una maga, pero quien emprende este
viaje nunca vuelve atrás.
Imagen: Patricia Ariel
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