MUJER
LUNA EN ESCORPIO: EL PODER INTERIOR
Esta
luna en escorpio nos invita a trabajar con el poder, la pulsión de
muerte y de renacer con la fuerza del conocimiento adquirido en el
viaje a través de lo oscuro. Si aries representa el impulso y la
voluntad hacia el exterior, la expresión, la potencia del volcán,
lo visible, escorpio es el magma que hierve en la tierra, el centro
del volcán donde se crea toda esa energía, la potencia primordial
para que pueda surgir al exterior. Es la fuerza que se fragua en lo
profundo y que no busca el reconocimiento exterior, no lo necesita
puesto que es algo que impregna todo a su alrededor. Escorpio
manifiesta asimismo la voluntad inquebrantable de quien sabe quién
es y qué es lo que quiere y a través de ese encuentro con lo que
uno es realmente, conoce la magnitud de su poder interior. Pero el
viaje al encuentro del arquetipo escorpiano no es fácil. Representa
la necesidad de muerte del ave fénix y el viaje iniciático de la
Koré (doncella) antes de convertirse en Perséfone, la reina del
inframundo.
En
la rueda zodiacal, la koré está en los signos de aries, tauro y
géminis: es la mujer joven, inocente, sensual y curiosa que quiere
descubrir el mundo. La doncella es arrancada de su hogar y llevada al
inframundo. A través de un acto de violencia, un rapto, un encierro
en el centro mismo de la muerte (el Hades), la joven se ve confrontada
con su herida abierta, su herida personal y la herida del
inconsciente colectivo de las mujeres: La privación del poder
personal, de la voluntad, de la capacidad de elegir. La koré se
enfrenta a su propia muerte y ahí es donde realmente entra en juego
el arquetipo escorpiano. En el momento de mayor dolor sabe que tiene
dos opciones: dejarse morir o dejarse transformar. En ese instante,
cuando, tras haber llorado, liberado y sentido toda la ira, el miedo
y la tristeza, ha tomado la decisión, el flujo de energía cambia.
Ya no es la koré que busca su afirmación en el exterior, que desea
complacer, que se ve frágil e inexperta. Ahora, dueña de sí,
convertida en reina del inframundo, experimenta que nada exterior
tiene ya poder sobre ella. No necesita ser, buena, ser amable,
gustar. Conoce los recovecos de su alma, ha buceado en sus miedos,
sus fragilidades, su desesperanza y en su ira sagrada, la que la
purifica, la que la alza por encima de si misma, la que dice NO, la
que la convierte en una loba que enseña los dientes, la que pulsa en
lo instintivo, la que sabe que las buenas maneras no siempre son tan
buenas. Y desde ese lugar de poder interior, Perséfone puede
permitírselo todo: mostrarse vulnerable, compasiva, fiera, salvaje,
cobarde o valiente, contradictoria, profundamente humana. Es ella con
todo lo que es, en eterna transformación.
Esa
mujer magnética, profunda, libre, a veces también llamada “mujer
fatal” (de fatum: destino, aquello de lo que no podemos
escapar porque es nuestro aprendizaje), es aquella cuyo propio
conocimiento interior a veces asusta y atrae en igual medida, porque
es la que llama al hombre a mirar dentro de sí, a encontrar su
propia dignidad, su coraje y su fuerza. Esta energía arquetípica
nos invita a hombres y mujeres a atrevernos, a mirarnos a los ojos,
a encontrarnos desnudos, sin máscaras, a compartirnos en el miedo,
en la soledad, en la incertidumbre y en el llanto así como en la
risa y la alegría, en el valor y el éxtasis. Porque donde el amor
vive, allí se encuentra también nuestro poder.
Texto: Brunhilde Román Ibáñez
Créditos de la imagen de Lauren Bacall: desconocido.
A través de un acto de violencia, un rapto, un encierro en el centro mismo de la muerte (el Hades), la joven se ve confrontada con su herida abierta, su herida personal y la herida del inconsciente colectivo de las mujeres: La privación del poder personal, de la voluntad, de la capacidad de elegir. La koré se enfrenta a su propia muerte y ahí es donde realmente entra en juego el arquetipo escorpiano. En el momento de mayor dolor sabe que tiene dos opciones: dejarse morir o dejarse transformar. AHÍ ESTAMOS AMIGA!
ResponderEliminar¡¡Bravo!! ¡¡renaciendo!! Beso grande.
EliminarMuy hermoso y potente Bruni.
ResponderEliminarGracias por recordarnos el sentido oculto y grande de esta aventura de la vida,que con tanta frecuencia se me olvida.
Un abrazo fuerte.
¡¡Gracias!! Yo también escribo para recordar :)
EliminarAbrazo inmenso
Hermosa explicación, mi Luna Natal el gran aprendizaje de esta vida.
ResponderEliminarSol y Ascendente en Aries un fuego que desborda donde mi Luna aplica su manto de agua.
Sentir es un placer que pocos saben disfrutar, gracias !!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
EliminarEs muy cierto lo que comentas, Nancy. Es un placer que se aprende a disfrutar, no siempre nos viene dado. Preciosa esa alquimia tuya entre fuego y agua. Muchas gracias por compartir.
EliminarMi Brunhilde, soy Luna, soy Escorpiona... Un texto maravilloso 😍👏👏👏👏
EliminarGracias, mujer intensa, magnética y profunda... una verdadera escorpio. Besos 😘
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ResponderEliminarAbrazo!
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