domingo, 1 de septiembre de 2024

Shostakovich - un poema


Otro poema que va acompañado de música. En este caso la música me llegó después que el poema, o el poema me llevó al concierto de Shostakovich. No conozco prácticamente nada de este compositor pero me vino el nombre en medio de la escritura, o el poema lo llamó porque quería ser recitado con este tema, no lo sé; en cuanto me puse a buscar algún tema de este autor para acompañar/ acariciar lo que yo había escrito, inmediatamente apareció esté vídeo, y fue amor a primera vista. 


 Estaba tu cuerpo separado del día

El perfume blanco como una flor atardeciendo en tu garganta y llenándola de olíbano.
Yo hablaba de cosas inmortales mientras las rosas ardían en tu boca. Shostakovich sólo era un nombre, dijiste bajo la lluvia blanca, el concierto número 2 sonaba en tus párpados y vaciaba el tiempo.
Tú harás manar estrellas en mi frente, dijiste.
La lluvia era blanca y tus párpados pesaban bajo su música.
Una rosa en llamas atraviesa mi garganta, tu boca es el altar donde enciendo mi ofrenda: no la luz sino el espacio donde ocurre la luz.
Sola en mi lengua la palabra custodia tu nombre como rosa hirviente en la flor de los labios
Tú dices:
Recuerda quién eras cuando caminabas sobre el fuego
Tú música es pálida y azul y quema mi garganta
Yo voy desnuda hacia la hoguera
Shostakovich cierra el piano, el telón se cierra y cierra el mundo.
Brunhilde Román Ibáñez.





miércoles, 31 de julio de 2024

Katherine Philips, Oh, Soledad

 Se la conocía como “la incomparable” o “la sin par Orinda” y fue una de las muy pocas escritoras cuya obra gozó de amplia difusión en la Inglaterra del siglo XVII. Inspirada por su abuela materna, fue una ávida lectora desde su infancia; tuvo acceso a una educación privilegiada y a lecturas tanto en inglés como en italiano y francés. Cultivó la poesía, tradujo a autores franceses como Corneille y sus cartas a Sir Charles Cotterell (traductor y maestro de ceremonias del rey Carlos I, nombrado caballero en 1644) se publicaron después de su muerte con el título de Letters from Orinda to Poliarchus.

El poeta Henry Vaughan la dio a conocer y publicó uno de sus poemas dedicados al dramaturgo y poeta William Cartwright, fue entonces cuando adoptó el seudónimo de Orinda.

Fundó El Club de la Amistad, para el que toma conceptos ciceronianos o aristotélicos relativos a la amistad y los adapta a una visión femenina, al igual que determinadas ideas de Plutarco o John Donne. Se vale asimismo de convenciones del amor cortés para usarlas en composiciones dedicadas a la amistad entre mujeres. Inspirándose en la tradición clásica, los integrantes del club -hombres y mujeres- usaban seudónimos extraídos de la literatura. Ella misma se dirigía a su marido con el nombre de Antenor. Dentro del club creó también un subgrupo formado exclusivamente por mujeres (con seudónimos como Ardelia, Rosania, Celimena o Lucasia) con las que intercambiaba poemas y cartas. 

Su matrimonio con el parlamentario James Philips, uno de los firmantes de la pena de muerte de Carlos I, fue una unión armoniosa a pesar de la temprana muerte de Héctor, su único hijo, de la diferencia de edad (se llevaban 36 años aunque algunos estudiosos discrepan en cuanto a este dato) y de sus respectivas filiaciones políticas: ella apoyaba la corona, él era partidario de Cromwell. Philips animó a su mujer a continuar con sus actividades literarias lo que permitió a Katherine desplazarse desde su residencia familiar en Gales a Londres a su conveniencia, algo fuera de lo común para una mujer de su época.

Se la recuerda especialmente por sus poemas dedicados a la amistad entre mujeres aunque escribió sobre temáticas muy variadas.





Reproduzco abajo el fragmento de uno de sus textos más conocidos y que realmente es una traducción de La Solitude, de Antoine Girard de Saint-Amant. Fue musicado y popularizado por el compositor Henry Purcell y de él se han hecho muy diversas versiones a lo largo de los siglos; incluyo aquí dos vídeos en los que se evidencia esta diversidad de tratamiento.

Pascal Quignard cita este poema en Las escaleras de Chambord y a mí me toca con esa cualidad evocativa y enigmática de su escritura, su nostalgia un poco evasiva, esa música interior que viene de los fracasos, del amor frustrado y los bosques. La música existe, parece decir, para que podamos escuchar ese silencio: “Sans cesse on descendait seul. Sans cesse on était abandonné de celui qu'on avait sous les yeux”.

En esa soledad se configuran espacios de libertad que nos retrotraen a un paraíso perdido, idílico y pastoral, pero que también representan un lugar de transgresión del camino marcado, un lugar donde Philips (y quizá también el protagonista de la novela de Quignard) encuentra la raíz de su propio poder interior más allá de las máscaras de las convenciones y la esfera pública. Como en el caso de otros escritores realistas de la época del Interregno (los once años de gobierno republicano liderados por Oliver Cromwell) Katherine reclama el retiro en la naturaleza como lugar de encuentro, espejo y espacio desde donde convocar su verdadera fortaleza. Soledad, el inicio de todo movimiento.


Oh! soledad... (fragmento)

Oh soledad! mi dulce elección

Espacios consagrados a la noche,

Lejos del tumulto y del ruido,

Cómo deleitas la inquietud de mi mente

Oh Cielos! Qué contento el mío,

de ver esos árboles que han resurgido

desde el nacimiento del Tiempo,

y que todos los siglos han venerado,

tan frescos y verdes todavía

Como cuando sus bellezas fueron vistas por primera vez!

Katherine Phillips (mi traducción)



La Solitude de St. Amant

La Solitude - A Alcidon

1
O! Solitude, my sweetest choice
Places devoted to the night,
Remote from tumult, and from noise,
How you my restless thoughts delight!
O Heavens! what content is mine,
To see those trees which have appear'd
From the nativity of Time,
And which hall ages have rever'd,
To look to-day as fresh and green,
 As when their beauties first were seen!



O que j'ayme la solitude!
Que ces lieux sacrez à la nuit, Esloignez du monde e du bruit,
Plaisent à mon inquietude!
Mon Dieu! que mes yeux sont contens
De voir ces bois, qui se trouverent
A la nativité du temps,
Et que tous les siècles everent,
Estre encore aussi beaux et vers,
Qu'aux premiers jours de l'univers!

Loa poemas en inglés y francés son de la página: http://www.jimandellen.org/womenspoetry/solitude.html 



Purcell. Versión de L'Armonia Sonora



Y la de Birds on a Wire

domingo, 17 de diciembre de 2023

Amor Místico

 Este poema ya lo he compartido junto con otros en un apartado dedicado a la poesía mística femenina en este mismo blog. Lo vuelvo a traer ya que me pasaron esta imagen preciosa (gracias Ivana) para acompañarlo. Desconozco su autoría, si alguien lo sabe y puede informarme se lo agradecería.

                                 

                            Canto Nocturno


                        Al fondo del pozo

                        la noche mecía

                        el agua de las Pléyades

                        bebí su plegaria

                        hasta los orígenes

                        del cosmos

                        y te ofrecí mis labios

                        como cántaro sellado en el amor.

                        Tomaste su luz quieta

                        las estrellas cantaron en tu boca.





Poema: Brunhilde Román Ibáñez

Créditos de la imagen: desconocido.


lunes, 18 de septiembre de 2023

Poesía mística femenina: Lalla

 PROYECTO NOSOTRAS. 

En este vídeo de Olga RT pongo voz a dos breves poemas de la autora mística hindú Lalla,



Lalla fue una poeta mística india que vivió en el siglo XIV. Originaria de la región de Cachemira fue conocida con diferentes nombres: Lal Ded (abuelita Lal), Lalleswari o Lalla-Vakiana y su sabiduría inspiró tanto a hindúes como a musulmanes. A los 12 años la casaron con un hombre que la maltrataba y a los 24 huyó uniéndose al culto de Shiva. Tuvo como maestro al santo Yoghi Srikantha el cual la inició en las enseñanzas del shivaismo. Tras completar su formación se marchó y llevó una vida nómada, danzando y recorriendo extensas distancias como asceta tántrica. De esas experiencias de libertad y comunión espíritual provienen sus escritos. Dejó una obra filosófica y poética de excepcional profundidad mística comparable a otra gran figura como Santa Teresa de Jesús. Creadora de los vakyas, poemas en los que dialoga con lo divino o comparte una enseñanza espiritual, la belleza de su verso sigue conmoviéndonos nueve siglos después. *** En este vídeo han participado: Voz e ilustración de portada: Brunhilde Román Ibáñez Idea original y montaje: Olga RT,@Principio0 Música intro y cierre: Chega Gómez. *** Gracias a vosotros por escucharnos. La poesía es la magia que mueve el mundo. *** Si te gustó: dale un "me gusta", comenta, comparte. *** Más vídeos en:    • NOSOTRAS. Mujeres y poetas   *** #poesíaenespanol #mujerespoetas #nosotrasproyectomujeresypoetas #videopoema #mujeresqueescriben #videoarte #videoartists #viral #short #reels #reel #poesía #poesiautoral #poesíasincuentos #videoarte #videoartists #mujeresqueescriben #poesía #reels #reel #mujeres #viral #shortsvideo #shortsviral

lunes, 17 de julio de 2023

Y Aquí lo tenemos, desde el año 2019 no había vuelto a subir más vídeos de Tres Lecciones de Tinieblas, de José Ángel Valente y esta vez por fin tuve de nuevo la oportunidad. De nuevo con mi compinche, Luna Kalo, pero esta vez en un lugar diferente: El museo-piscina de Lille, un lugar fantástico donde las estatuas que rodean la piscina parecen esperar su momento para saltar al agua en medio de unas vidrieras Art-Deco, bustos de personajes y muestras de textiles . Yo creo que es lo que hacen por las noches cuando se va la gente y se quedan solas. La verdad es que a mí me habría encantado darme un chapuzón con ellas. Puede que lo haga algún día... por lo menos meter los pies cuando no mire nadie :-)



Locución de Luna Kalo
Texto de José Ángel Valente
Voz Brunhilde Román Ibáñez


 

lunes, 20 de febrero de 2023


                                                        UN DESAMOR


    Es verdad que lo nuestro fue complicado desde el principio, empezando por el hecho de que nos separaban unos cuantos siglos de distancia, pero yo me decía que el amor no tiene límites ni tiempos y nada es imposible cuando un anhelo tan profundo lo sostiene.

    Yo no creo en la casualidad, hay una afinidad, una resonancia que nos conduce a la persona en cuya mirada podemos florecer, y por esa alquimia, ser transformados, como decía Chéjov en "La dama del Perrito". Y así me pasó con él. Yo ya lo conocía desde mi más tierna infancia porque mi abuelo lo recitaba y quizá aprendí a amarle gracias a él. Recuerdo a mi abuelo con su voz tronante y sus bigotes blancos (un poco a lo Bismarck pero sin tanto esfuerzo). Era grande, mi abuelo, y también lo creía eterno mientras sus manos agarraban los invisibles ríos de la vida en el poema.

    En fin, vuelvo a mi historia. Lo nuestro fue progresando poco a poco, todo hay que decirlo. Al principio yo no le hacía mucho caso, supongo que era demasiado pequeña para pensar en amoríos. Después me marché y muchos años después volvimos a encontrarnos. Él seguía en Palencia, yo había andado por muchos lugares. Los dos habíamos cambiado: él se había vuelto más auténtico a mis ojos, alguien con quien mantener conversaciones fascinantes sobre el amor, el destino, la vida y la muerte, alguien que es otro pero a la vez es como tú porque su corazón ha recorrido los mismos paisajes. Es verdad que yo lo idealicé mucho, había leído tanto, era tan profundo y a la vez le gustaba escucharme, lo cual me halagaba sobremanera. También me pareció buen mozo, esas cosas que tiene el amor.

    Yo era consciente de mi patrón afectivo de apego ansioso, él resultó ser de tipo evitativo, aunque dudo que se diese cuenta. Eso nos acabó distanciando y nos dijimos palabras amargas. Yo le solté que siempre le había leído por obligación; eso fue el final y yo lo sabía, pero me había herido en lo más hondo y quise devolverle el golpe. Con el tiempo he llegado a comprender que cada uno miraba al otro desde sus propias carencias y que, al igual que el Ouroboros (la serpiente que se muerde la cola) todo vuelve al lugar del que partió y que él y yo éramos lo mismo en grado diferente. Ahora le sigo queriendo desde la distancia, de otra manera, pero en aquellos momentos de furia le escribí esto: 


                                    Variaciones sobre Jorge Manrique                                                                                          

Recuerde el alma la noche invocada, lo ineludible, lo que viene del barro y no se nombra; los ojos conducidos por el grito del ciervo, la deserción de las horas sobre tu cuerpo de nieve donde no habitará de nuevo la sal de mi lengua.


Aniquilación, inexistencia, mundos que no ha de dividir la sangre entrelazada. Semilla de la noche, viaja al fin de los signos donde las flores liban la luz del nombre que contienen.


Danos esta noche, danos el residuo, la piel que quema, el ojo transparente.

El último pétalo después de la batalla. No entierres los ojos en el mar, no me ofrezcas tu agua arrodillada.

                        Recuerde el alma dormida

                        Avive el seso y despierte

                        contemplando

                        como se pasa la vida

                        como se viene la muerte


Que te lleve la luz donde no pueda verte.



Texto y poema: Brunhilde Román Ibáñez

Créditos de la imagen: desconocido


























miércoles, 7 de septiembre de 2022

Oración para Sanar el Linaje Femenino

 Escribí esta oración hace tiempo porque sentía a todas esas mujeres bullir en mí, en la sombra, como recuerdos ancestrales de esa herida colectiva que me espera a mí y a todas para ser mirada y comprendida, y así poder entregarnos los frutos de su transformación. 

Alguna de las frases las he tomado de las que se usan en constelaciones familiares porque realmente esta oración representa una constelación con todo ese potencial que yace oculto y pide ser nombrado y liberado. 

Se puede hacer como parte de un ritual, una meditación o un recordatorio cuando sintamos las partes de nuestro linaje femenino que todavía duelen. 

"Tu hermosura es el reflejo de la mía"  Un Curso de milagros


A la que fue obligada a abortar

A la que abortó voluntariamente y se duele

A la que murió en el parto

A la que fue obligada a prostituirse

A la que se prostituyó para poder vivir

A la que fue condenada

A la que se culpa y fue culpada

A la loca

A la desheredada

A la esclava

A la despreciada

A la que murió en la miseria

A la que murió en el miedo

A la que murió en el dolor

A la suicida

A todas nosotras,

Yo estuve allí

Yo os miro con amor

Ahora estáis en paz

Ahora estamos en paz

Yo os bendigo

Bendigo vuestro amor radiante

Vuestra vida radiante

Estáis en mi corazón

Sois amadas incondicionalmente

Todas lo hicimos lo mejor que pudimos

Vuestra vida no fue en vano, nada fue en vano

Estamos aquí para mirarnos las unas a las otras libres de juicio

Sois valientes, sois valiosas, sois importantes

Sois hermosas, sois libres, sois dignas

Sois necesarias

Sois amadas por la vida

Soy vosotras

Nos entrego el perdón

Sois perfectas tal como sois

Honro vuestro paso por el mundo

Todo fue perfecto tal como fue

Todo fue en nombre de un amor más grande

Ahora estáis en paz

Ahora sois amadas a través de mi vida

Asumo mi poder

Elijo el amor

Ahora somos libres.


💓 Gracias 💓



Brunhilde Román Ibáñez. Imagen de Julia C. Gray



jueves, 10 de marzo de 2022

Mitopoética y Escritura: Borges y Graves

 

ALFABETOS


Holofernes era una música violenta

en sus ojos crecían planetas invisibles

y largos signos olvidados,

acariciaste su cabeza cercenada

la pronunciaste en el nombre de Judith

en el nombre de Juan

Salomé bailaba sobre pies de sándalo

Anibal lloraba en lechos de cedro y púrpura

mientras Borges escribía el reflejo del dios

sobre una letra

y Pierre Menard, autor de sí mismo,

huía bajo las estepas de Alonso Quijano


¿Quién contará el porvenir?

Cuando las palabras sean cuerpos tendidos

y su alfabeto se estremezca en frutos espesos

cuando la saliva de Cadmo escriba el primer signo

Y la leche de los párpados se abra sobre el padre Enki

cuando el dios Toth dicte su ley oscura

en las cuencas vacías de los muertos

Y Cortázar hescriba palomas torcidas sobre los huesos

de Hécate, Hécuba, Herodías,

y la Poniatowska grabe con sus ojos silenciosos

las letras de Ogham en tablillas sumerias:


B por Beth

F por Fearn

D por Duir


Tiemblas como la mañana mientras tu cuerpo se abisma

sobre la lentitud de las flores

Tiemblas en el silencio de tu sangre, en el cansancio

de no creer ya más en la palabra

te reconozco en mi miedo

y sin embargo

hay pájaros en tu voz

libo de tus labios la última gota de extrañeza


infancia de la luz

vuelve a mí tu alfabeto de miel y sombra

ofréceme de nuevo la vida

el ave feroz que late entre las flores del desgarro

Haz en mí la palabra.




¿Por qué el alfabeto? ¿Por qué la escritura? Este tema obsesionó a Borges y a Robert Graves, los dos autores que estaba leyendo cuando escribí el poema. Por razones diferentes pero a la vez idénticas los dos confluyen en una búsqueda de los orígenes de la escritura. Graves para reivindicar su origen sagrado, Borges para resaltar el enigma de la creación de significado, del pensamiento simbólico, en tanto que los signos llevan en sí una idea que va más allá de ellos mismos. Y en ambos casos, el poder de la palabra solidificada en materia, ya sea papel, pergamino, piedra o tablas de arcilla.


El espejo, metáfora tan querida para Borges, tiene su correlato en la escritura, que es el reflejo del universo; el signo es una clave que remite al todo: así como la letra participa en un orden (el abecedario), el libro participa en el esquema universal de Dios. El texto contiene en sí multitud de niveles y significados, diferentes lecturas que se superponen, que se repliegan unas detrás de otras, sólo permitiendo a los iniciados el acceso a sus fuentes más profundas. El Libro es la Vida misma. La búsqueda del orden, del sentido, mientras se avanza a tientas entre el caos y los enigmas.

Sin embargo, Borges no plantea soluciones, siembra nuevos interrogantes siempre en un juego de espejos en que lo real y lo ficticio se imbrican, en que la palabra explica pero es un nuevo engaño del autor, un nuevo velo que se descorre para llevarnos a otro espejismo. Recuerdo haber leído "La Literatura Nazi en América" de Roberto Bolaño, y haber tardado bastante tiempo en darme cuenta de que todos los personajes y situaciones eran ficticios. Algo así sucede con Borges, con la salvedad de que él concluye la narración dejándonos con un poso de duda ¿fue esto lo que sucedió?


"Hubo por primera vez la muerte.

Ya no recuerdo si fui Abel o Caín."


Borges juega con la dualidad en la unidad en los arquetipos de Caín y Abel, Jesús y Judas, entre otros. Metafóricamente, detrás de la apariencia, ambos son uno y lo mismo. Al igual que los gnósticos, Borges sugiere que para alcanzar la plenitud, hemos de pasar por el sufrimiento y la infamia de modo que tanto víctima como perpetrador restauran el equilibrio al experimentar el desgarro del dolor y la toma de conciencia que viene tras este dolor. Esta noción de igualdad en la dualidad tiene su correlato en los conceptos de real y ficticio puesto que ambos coexisten imbricados: para hablar de lo real tenemos que recurrir a lo ficticio, al cuento, a la metáfora, de tal forma que ambos devienen reales o irreales según la perspectiva con la que los observemos.

He hablado de Dios, pero en mi opinión Borges no busca a Dios, o a la Diosa, como es el caso de Graves, en un sentido místico; su anhelo es la comprensión del universo. Toda su literatura es la búsqueda de una clave, y esa clave le conduce a la dimensión artística (más que a la espiritual) en la que el autor puede convertirse en el hacedor, en el demiurgo que inventa su propio cosmos, pero es a la vez moldeado por todo el corpus literario que precedió su obra. Un autor es a la vez creador y reelaborador en tanto que recoge elementos pertenecientes a una realidad preexistente. Dicha realidad puede presentarse tanto como un ámbito relativo al mundo platónico de las formas puras, del que extrae temas y metáforas, como vinculada a un canon literario que puede interpretar consciente o inconscientemente.


"Homero compuso la Odisea; postulado un plazo infinito, con infinitas

circunstancias y cambios, lo imposible es no componer, ni siquiera una

vez, la Odisea. Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los

hombres."


El libro es la metáfora definitiva de la vida, del universo, el azar y el destino, porque ya ha sido escrito, pero tenemos que leerlo página a página para conocer su contenido; porque es la obra de un creador que a su vez repite metáforas y conceptos arquetípicos que ya estaban ahí antes de que él los escribiese; porque el alfabeto es un conjunto de signos que adquieren vida propia, un hálito, una esencia: Aleph es el impulso creador, el principio que contiene el todo, tiempo y espacio, pasado y futuro. Así, la letra deja de ser sólo una grafía para convertirse en un símbolo que contiene otro símbolo que contiene otro símbolo en un contínuo que va desde el micro al macrocosmos. Aunque el contenido sea de naturaleza más especulativa que espiritual, como ya he apuntado, nos retrotrae a textos místicos como el Principio de Correspondencia del Kybalion: "Así arriba como abajo, así dentro como fuera."

De esta manera, Borges sacraliza la potencia generativa de la escritura trasladándola al universo de lo profano de forma que la palabra escrita es en sí misma justificación de su necesidad y su existencia.

Y tirando del hilo un poco más, me viene a la mente otro tema relacionado con este. No sé realmente si lo he leído o lo estoy imaginando, pero me parece recordar a Joseph Campbell comentando la obra de Joyce y aventurando la posibilidad de que el texto contenga significados que son desconocidos para su autor, o por lo menos insconscientes, pero que transmiten una información, un conocimiento, que será desvelado por generaciones posteriores.

Me he alargado más de lo previsto con Borges, algo que no me extraña, por otro lado. Dejo a Graves para la próxima entrada de este blog.


Bibliografía: Jorge Luis Borges, El Aleph.

                    Edna Aizenberg, El Tejedor del Aleph.





Poema y texto: Brunhilde Román Ibáñez

Imagen: internet