domingo, 23 de septiembre de 2018

Joumana Haddad y Osip Mandelstam: Dos razones para seguir creyendo en la poesía.


Poetas que sacan la vida de dentro de las palabras. Osip y la nostalgia azul del Neva y Joumana, en cuya palabra crecen flores y cuchillos. Brutal. 

Osip Mandelstam
Solomnika

1

Cuando no duermes, Solominka, en tu
inmenso tálamo
y aguardas, insomne, que, alta y grave
una pesadez tranquila —que puede ser triste—
descienda desde el techo a tus leves ojos.


Pajita sonora, brizna de paja seca,
bebiste la muerte y te hiciste más tierna,
al quebrar la dulce pajita inerte.
No, Salomé, no, sino una brizna de paja.


En las horas de insomnio los objetos pesan más
y aparentan ser menos: así es el silencio.
Refulgen en el espejo las almohadas, llenas de
blancura,
y en un torbellino se refleja la cama.


No, no es Solominka de solemne satén,
en la inmensa alcoba, sobre el negro Neva.
Doce meses cantan la hora fatal,
en el aire vaga un pálido hielo azul.


Diciembre exhala solemne su hálito,
como si en la habitación fluyera el pesado Neva.
No, no es Solominka, sino Ligeia, una lenta
muerte.
Os enseñé palabras dichosas.

2


Os enseñé palabras dichosas:
Lenore, Solominka, Ligeia, Serafita.
En la inmensa alcoba, el pesado Neva
y sangre azul que mana del granito.


El solemne diciembre refulge sobre el Neva.
Los doce meses cantan la hora fatal.
No, no es Solominka de solemne satén
quien siente un lento y fatigoso sosiego.


En mi sangre vive la Ligeia de diciembre,
cuyo amor solemne reposa en el sarcófago.
y esa Solominka, puede ser Salomé,
muerta de pena, ya no volverá.



Joumana Haddad

Geología del "Yo"

Soy el seis de diciembre de mil novecientos setenta;
Soy la hora justo después del mediodía
Los gritos de mi madre alumbrándome
y sus gritos alumbrándola.
Su útero soltándome para emerger por mí misma,
su sudor alcanzando mi potencialidad.
Soy los ojos de mi familia sobre mí.
Las miradas del padre, del abuelo, de las tías.
Soy todas sus perspectivas posibles;
Las cortinas corridas y las paredes detrás de esas,
y soy la que no tiene nombre, ni mano por lo que viene detrás.
Soy las expectativas sobre mí, los sueños malogrados,
los vacíos suspendidos como amuletos en torno a mi cuello.
Soy el abrigo rojo ceñido, que lloraba al llevarlo,
y soy todas las constricciones que aún me hacen llorar.
Soy las tablas de multiplicar que aun ahora no domino.
El dos que suma uno, siempre uno.
Y soy la teoría de las líneas curvas, nunca juntas.
Soy mi fe, de niña, en que la Tierra giraba en torno a mi corazón
y mi corazón, en torno a la Luna.
Soy la mentira de Papá Noel,
que aun hoy creo.
Soy la mentira de Dios,
que no creo más.
Soy la astronauta que soñaba ser algún día,
las arrugas de mi abuela que se suicidó;
mi frente apoyada en su regazo ausente.
Soy chantaje, mi vicio inaugural.
Soy guerra
y el cadáver del hombre que los combatientes arrastraron ante mí,
y su pierna intentando seguirlo.
Soy la adolescencia de mi pecho derecho,
la sabiduría del izquierdo,
el poder de ambos bajo una camiseta ajustada
y luego mi conciencia de su poder: el inicio de la caída.
Soy mi aburrimiento rápido, mi primer cigarrillo, mi atrasada obstinación,
las estaciones pasadas.
Y soy la nieta de la niña que fui;
su falta de mi rabia,
mis decepciones, mis triunfos,
mis laberintos, mis mentiras,
mis cicatrices y mis virajes erróneos.







Y dos poemas míos de la revista digital de poesía Intropia  de Isabel Di Vinci. Ambos poemas están en la página 33
El de agosto, que llega un poco tarde porque estuve huída del mundo digital.
Y el de septiembre. 
Siempre un placer colaborar en esta revista.
Las imágenes son del retiro de Danza Kundalini con Lalita Devi en Creta. Las he escogido porque capturan el esplendor, la sensualidad y la fortaleza de los poemas anteriores. Yo no pude ir este año a danzar pero de alguna manera también he participado gracias a la mirada de Gertru Bautista: Gertru: mujer-paraíso, mujer-gracia, mujer-cántaro, entregándose aquí al milagro de la piedra viva.
Efharisto!



3 comentarios:

  1. Hermosos los poemas y las fotos.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Mil, gracias, son poetas que amo. Y Gertru, la mujer de las fotos, un gran ser humano.

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