Sin
título
Cuando
los días se llenan de bocas amargas,
de
cartas devueltas y nunca enviadas.
Cuando
la vida se inclina bajo el peso de los días
recuerda
recuerda
tu voz clamando victoriosa en la batalla.
En
pie tu voz,
que
mira al horizonte,
en
pie tu voz alzada ante el abismo,
tu
voz que desafía al sueño de la muerte.
Que
no te derrumben las horas plomizas del reloj,
que
no se lleven tu risa los trabajos y los días,
que
no sucumban tus labios al peso de la pena.
Que
tus lágrimas sean la fuente
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