Fue la ocasión perfecta para conjugar novela y verso, música, canto, danza, perfopoesía y lectura dramatizada. Un encuentro bello, creativo e intenso donde diferentes artistas se reunieron alrededor de ese libro, que es en sí mismo un homenaje a la literatura.
La presentación fue llevada a cabo por Diana E. Martín Herrero, historiadora del arte, fotógrafa, pintora y especialista en simbolismo y mitología. Este extracto de su intervención resume algunos aspectos relevantes de la novela:
“Está presente el viaje mítico, que nos conecta con la Cosmogonía, con los dioses y sus oráculos, con los guías, siempre presentes y atentos, con las geografías fantásticas y sus misteriosos pobladores.
Está presente la leyenda y el cuento popular, poblados de princesas, villanos, hechiceros y seres de la naturaleza dotados de inteligencia, dones y una profunda bondad (...)
El Viaje de Leo también recorre el inagotable itinerario de la literatura, que Brunhilde conoce como la palma de la mano. Dante, Colonna, Verne, Mary Shelley, Mújica Lainez, Conrad, Ende, Rubén Darío, Octavio Paz, Valente, Mirabai y los cósmicos Rumi y Shams de Tabriz.
La Creación es el hermanamiento de la palabra, la danza y la música, parte esencial de este libro y de estos momentos que hoy compartimos.
La Construcción es Geometría sagrada.
En sus páginas se transita el laberinto y el calendario. La ida y la vuelta. El grito y el silencio.
Y también la meditación profunda y el descanso.
Y el Viaje es también y sobre todo la Alquimia interna que nos permite Ser desde nuestra Esencia más allá de los engaños del ego y de las tentaciones del falso poder.
Una obra bella y entrañable que nos sugiere cómo hacer este Viaje que es la vida con buena orientación, bondad y sin perder el Alma por el camino”.
Un fragmento en torno al Avesta, conjunto de textos sagrados del zoroastrismo:
“Leo observa al hombre traducir el himno en el movimiento de su cuerpo. Abre los brazos y ofrece su pecho al centro del espacio. En ese momento el pálpito del danzante se une al suyo. Él también se hunde en la misma raíz, tenaz y necesaria que los ata a la tierra. El himno habla por su cuerpo y Leo lo entiende a través del latido.
Habla el Avesta, pero sus palabras son aún más remotas, llevan a otra voz anterior. Esta voz habla de la creación de la materia, de cómo se hizo el mundo y cómo el aliento de la galaxia construyó los primeros seres sobre la tierra. El aliento pobló el barro y de allí surgieron las generaciones, surgieron los siglos, la matriz de la primera mujer. Y ella labró su canto de su propio vientre y lo dio de beber al hombre. Y el hombre bebió y también ofreció su canto para que ambos pudiesen darse de beber”.
Fragmento recordando la Divina Comedia:
"A veces las palabras reflejan la realidad. Otras veces rivalizan con ella". En estos casos el redoble del silencio estalla con todo aquello que no puede ser revelado por los labios.
Mandorla
Podría decirte que eres como el sonido que empuja el alma fuera de sí y lo lleva a lugares que nunca soñó. Podría decirte que eres como esa ciudad italiana en la que nunca estuve pero que se me aparece tras tus ojos cuando me hundo en ellos
Siena mi fe
Disfecemi Maremma
Podría llamarte Sinaloa, Mexicali, Uxmal. Podría llamarte el comienzo del mundo. Podría, podría...
Pero no puedo, nadie puede. Al ir penetrando en los umbrales del alma uno se va despojando de todas sus palabras, hasta aprender a quedarse desnudo y transparente. Nada ni nadie puede con una mirada en la que ha anidado una verdad. Todas las otras miradas, las que viven detrás de una máscara, se rompen a su paso, o bajan los ojos”.
Fragmento lírico:
Tiende la mano, que es el hogar del mundo. Sobre la mano se extiende la luz como páramo de amor infinito. En ella la soledad bebe del agua viva como un caballo cansado. Mano que brota como cántaro ante la sed del alma, mano de arcilla, del primer barro que dio forma a los nombres de las cosas. Mano que tiembla, al fin, que se abre a la misericordia para que el corazón pueda poner su palabra en ella.
Y siente el calor de otros dedos enraizando en los suyos, primero dubitativos, luego más firmes. Siente el surco profundo excavando el sudor de la tierra, la piedra que guarda los pasos errantes. Y sobre estos dedos de los dos Leo, los otros, los de la niña, construyendo su catedral de luz desde la carne.
Al fin está en casa.
Participantes:
Diana E. Martín Herrero, presentadora.
Esperanza Torrejón Japón, cantante.
Tessi Ladera, coreografía, danza y perfopoesía y Cristina Arjona, danza.
Brunhilde Román Ibáñez, autora, giro místico y perfopoesía.
Lectura dramatizada: Óscar Rivas, Alfonso Blanco, Alberto Moreno, María Morales, Sofía Romero, Álvaro Rodríguez, Alma Grau, Jesús Muguercia.
Fotos: Diana E. Martín Herrero, Rocío Redondo y Laura Pineño.